La alimentación es uno de los comportamientos más complejos en el ser humano, ya que depende del funcionamiento integral de siete áreas fundamentales. Es por ello que la Dra. Montserrat Díaz Zafe, Médico Pediatra Especialista en Nutrición y Dificultades de la Alimentación Infantil, nos explica las principales causas y soluciones para la selectividad alimentaria en la infancia.
“La alimentación no solo consiste en comer, sino en un proceso de aprendizaje continuo que ocurre a lo largo de la vida del pequeño. Para comprender por qué un niño no come, primero debemos entender cómo aprende a alimentarse”, explica la Dra. Díaz Zafe, quien también es fundadora y directora de DYORÚ, una clínica pediátrica con presencia nacional e internacional.
De acuerdo con la especialista,selectividad alimentaria infantil depende de siete áreas que deben funcionar de manera integral:
Órganos y sistemas: Incluye enfermedades gastrointestinales, cardiovasculares, neurológicas o alergias, como el ERGE, que puede dejar huellas en la memoria del niño, haciéndole asociar el acto de comer con dolor o incomodidad.
Sistema muscular y motor: La estabilidad de la postura, la coordinación de movimientos y el desarrollo de habilidades orales son esenciales para tolerar texturas y progresar en la alimentación.
Sistemas sensoriales: Comer es un reto sensorial constante, especialmente para niños con sensibilidades sensoriales, quienes perciben los cambios en la textura y sabor como una amenaza, lo que los lleva a rechazar ciertos alimentos.
Aprendizaje: Los niños asocian sus experiencias con emociones; repetir situaciones negativas al comer puede enseñarles a evitar alimentos, incluso cuando las dificultades iniciales ya se han superado.
Desarrollo y nivel cognitivo: El proceso de comer requiere habilidades que evolucionan con el tiempo, por lo que ofrecer alimentos que exceden sus capacidades puede generar rechazo.
Estado nutricional: La calidad de la dieta y las deficiencias en macro y micronutrientes influyen directamente en las capacidades alimentarias de los niños. En México, más del 32% de los niños menores de 5 años presentan anemia, un reflejo de la malnutrición infantil.
Ambiente: La relación entre el niño y sus cuidadores es crucial. Un ambiente emocional seguro favorece la aceptación de alimentos, mientras que el estrés puede dificultar este proceso.
“La alimentación infantil es como un iceberg: solo vemos la punta, es decir, si el niño come o no come. Sin embargo, lo que sostiene esta conducta está compuesto por todas estas áreas, que deben evaluarse y tratarse de manera integral”, finaliza la Dra. Díaz Zafe.