En 2022, las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) provenientes de los combustibles fósiles alcanzaron la cifra de 36.099,81 millones de toneladas. Este fenómeno es una de las principales causas del cambio climático global, acelerando el calentamiento del planeta.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), señala que el 68 por ciento de las emisiones globales contaminantes vienen de sólo diez países entre ellos México, contribuyendo con el 1.68 por ciento.
En este sentido, y con base en datos de la Iniciativa Climática de México (ICM), el país se enfrenta a un panorama preocupante: las emisiones mexicanas de CO2 podrían aumentar hasta un 59.8 por ciento hacia el año 2050 si no se ajusta el rumbo de la transición energética en la nación.
En 2023, las emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) en México rondaron los 784 millones de toneladas, con proyecciones alarmantes que indican que esta cifra podría ascender hasta 1,252 millones de toneladas en 2050, si no se implementan medidas correctivas de forma inmediata.
De acuerdo con la consultora PwC, las empresas requieren implementar mayores prácticas sostenibles, el 65 por ciento de los CEO empresariales encuestados dentro de México indicó poco o nulo cambio en sus ingresos en los últimos cinco años derivados de inversiones amigables con el medio ambiente. Al mismo tiempo, cuatro de cada 10 encuestados consideraron que la complejidad regulatoria ha inhibido sus acciones climáticas.
El papel del sector empresarial se hace evidente para reducir esta problemática ambiental y actores clave de la industria de la higiene están apostando por acciones en sus operaciones que transformen este escenario.
El desafío del cambio climático no puede ser enfrentado de manera aislada. Si bien las emisiones de CO2 continúan en aumento, es crucial que la sociedad adopte iniciativas más sostenibles a fin de reducir la huella de carbono. La transición hacia un futuro más verde depende de nuestras decisiones y acciones de hoy.
Ante este contexto, y conscientes del aporte que las empresas pueden lograr en conjunto, un ejemplo es la marca Tork, que refuerza las iniciativas implementadas en su planta de Uruapan, Michoacán, donde ha logrado el aprovechamiento de su relleno sanitario para usarse como mejorador de suelo (composta) y formación de blocks (ladillos), contribuyendo así al cuidado en los procesos para la reducción de CO 2. Al menos 44,605.95 toneladas anuales han sido empleadas de esta forma.
“Sabemos que cada acción cuenta. Por eso, nuestra estrategia de negocio está diseñada para incorporar la sostenibilidad de forma integral. Queremos ser parte activa de la solución y contribuir a un futuro más verde y limpio para todos”, comentó Gerardo Erbessd, director Comercial de Tork Norteamérica.