A lo largo de la historia, los pueblos originarios han sido la piedra angular de la agricultura en México. Sus saberes han trascendido generaciones, modelando prácticas sostenibles y preservando cultivos esenciales como el maíz y el cacao. Sin embargo, el acceso a información técnica en sus lenguas maternas sigue siendo un reto. En el marco del 25° aniversario del Día Internacional de la Lengua Materna, Syngenta refuerza su compromiso con la educación agrícola incluyente al desarrollar materiales de capacitación en náhuatl y maya sobre el uso responsable de productos para la protección de cultivos.

Capacitación en lenguas maternas, una pieza clave

“La idea surge porque en México, más de 7.4 millones de personas hablan una lengua indígena, muchas de ellas vinculadas a actividades agrícolas. Sin embargo, la mayoría de los recursos técnicos disponibles en el sector agropecuario se encuentran únicamente en español, lo que dificulta el acceso equitativo a información esencial para la productividad y la seguridad de los productores. De acuerdo con la FAO, las comunidades que preservan su idioma tienden a conservar suelos hasta un 30% mejor, ya que su conocimiento se transmite de manera efectiva dentro de sus propios sistemas lingüísticos” señaló David Espinoza, Coordinador de Sostenibilidad para Mesoamérica.

La capacitación en lengua materna no solo fortalece la transmisión de conocimientos, sino que también es una herramienta clave para mejorar la seguridad en el campo. Estudios han demostrado que la comprensión de instrucciones técnicas en la lengua materna de los agricultores puede reducir hasta en un 40% los riesgos de mal uso de insumos agrícolas, lo que beneficia tanto al productor como al medio ambiente. Además, esta iniciativa impulsa el reconocimiento de los pueblos originarios como protagonistas de la agricultura mexicana, asegurando que su legado continúe adaptándose a las nuevas tecnologías y prácticas sostenibles.

“La capacitación en el sector agrícola debe ser accesible para todos. Con materiales en lenguas indígenas, avanzamos en una agricultura más inclusiva y resiliente, donde el conocimiento tradicional y la innovación van de la mano”, asegura Espinoza.

Esta iniciativa forma parte de una estrategia integral de capacitación como el programa #PROAgricultor, una plataforma de formación en línea que busca potenciar la seguridad y sostenibilidad en el campo. A través de diversos cursos, los productores ahora podrán acceder a información clave, desde el ciclo de vida de los productos hasta protocolos de seguridad y buenas prácticas de coexistencia con la apicultura.

En maya:

«U’uchben u k’iimil u najil lu’um» (Cuidar la tierra es cuidar nuestra casa). A través de materiales en lengua maya, Syngenta comparte las 5 reglas de oro para el uso seguro de insumos agrícolas, destacando la importancia de leer y comprender la etiqueta de los productos, seguir las dosis recomendadas y proteger el entorno natural. Además, se incluyen prácticas de higiene y seguridad, como el uso adecuado del equipo de protección personal y la correcta disposición de envases vacíos, para prevenir riesgos en la salud de los productores y el ecosistema.

En náhuatl:

«Tlahtol ipan tlali, miak xiikneh» (La palabra en la tierra da buenos frutos). Los materiales en náhuatl enfatizan el respeto a la tierra y la responsabilidad en el manejo de productos para la protección de cultivos. Se abordan estrategias para prevenir intoxicaciones, reducir el impacto ambiental y mejorar la productividad a través de buenas prácticas agrícolas. También se han desarrollado recursos sobre la coexistencia entre la agricultura y la apicultura, destacando el papel fundamental de los polinizadores en la producción de alimentos.

Syngenta se ha propuesto entrenar a 18 millones de trabajadores agrícolas al año en prácticas seguras y sostenibles para 2030. En 2024, más del 30% de su fuerza de ventas ha sido certificada como capacitadora calificada para garantizar que el conocimiento llegue a todos los rincones del campo mexicano.

 

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