El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) informó que una de las principales preocupaciones del nuevo gobierno será la sustentabilidad de las finanzas públicas, en especial por el débil desempeño de la actividad económica que se anticipa para los próximos años.
La creciente incertidumbre ante la ausencia de políticas que aseguren un ambiente propicio para el crecimiento de la actividad productiva ha ocasionado que las expectativas de crecimiento se sigan ajustando a la baja.
Recientemente el Banco de México dio a conocer su Informe Trimestral, Octubre – Diciembre 2024, en el que resalta la corrección a la baja de su pronóstico de crecimiento para el 2025.
En el reporte del primer trimestre del 2024, el pronóstico de crecimiento para el 2025 se ubicó en 1.5 por ciento, para ajustarse a la baja en el segundo y tercer trimestre a 1.2 por ciento. Para el último trimestre el ajuste fue mucho mayor, toda vez que se anticipa un avance de solo 0.6 por ciento.
Esto se atribuye al mayor debilitamiento que tuvo la actividad económica en el último trimestre del 2024 cuando, de acuerdo con el reporte del INEGI, se contrajo 0.6 por ciento, que fue su primera baja en los últimos trece trimestres. Esto supone que la economía continuará mostrando debilidad, a lo largo de este año.
En este entorno las finanzas del sector público podrían verse aún más presionadas. Es importante tener en cuenta que la principal fuente de ingresos públicos recurrentes es el crecimiento económico, toda vez que entre mayor dinamismo tenga este, mayor recaudación tributaria se tendrá, señala el CCE.
Con base en la estimación del Banco de México, comparada con la tasa de crecimiento de 2.3 por ciento, utilizada para el cálculo de las finanzas públicas 2025, se infiere que los ingresos tributarios podrían ser inferiores en cerca de 90 mil millones de pesos (mmp) a lo previsto.
Si bien pareciera que esta cifra no es tan representativa, toda vez que equivale solo al 0.2 por ciento del PIB, al 1.1 por ciento de los ingresos totales y 1.7 por ciento de los ingresos tributarios, considerando su valor absoluto si puede generar una mayor preocupación. Este probable faltante de recursos podría incidir en el presupuesto de algunas dependencias o programas insignia.
Se detalla que si bien aún no hay resultados disponibles para 2025, la tendencia a la baja que mantienen los principales indicadores económicos hasta el cierre del año pasado, permiten inferir que la evolución de la actividad productiva del país se mantendrá debilitada en un ambiente de creciente incertidumbre.
En un entorno como este se complica significativamente cumplir con el objetivo de reducir el déficit en dos puntos del PIB, como se tiene previsto, toda vez que mientras el gasto podría aumentar más de lo aprobado, los ingresos se verán presionados ante un menor ritmo de crecimiento de la economía.