Moritz Alberto Cruz Blanco, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, de la UNAM, informó que la política comercial del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es caótica, violatoria del T-MEC, inhibe la inversión, debilita la relocalización de empresas (nearshoring) y resta competitividad a la región de América del Norte frente a Asia.
Los efectos reales no se conocen porque el conjunto de medidas tomadas por Estados Unidos es para nuestra nación y sus principales socios comerciales como Canadá, China y Europa. Eso dificulta conocer con precisión las afectaciones, expuso.
Recordó que el proceso de apertura comercial ha tenido más desventajas que beneficios para México; se esperaba que el país tuviera crecimiento por la vía de las exportaciones, pero no ha sido así, ya que despuntaron pero no han arrastrado al conjunto de la economía.
De ese modo, consideró que esta es una oportunidad para iniciar un camino alternativo, donde se apueste por el sector externo, pero de manera más importante por el mercado doméstico, a través de mayor inversión, de apoyo al sector productivo interno, y de incremento del poder adquisitivo, entre otros mecanismos.
Respecto a la posibilidad de una recesión, aclaró que se requiere saber cuánto tiempo durarán los aranceles o si serán selectivos. Aunque hay ciertos efectos en el congelamiento de proyectos de inversión, es difícil saber si se presentará.
Dijo que lo que sigue para la economía mexicana es la incertidumbre, pero también la oportunidad de replantear su estrategia de desarrollo, coincidieron diversos especialistas de la UNAM.
Al hacer uso de la palabra, Ricardo Ramírez-Hernández, profesor de la Facultad de Derecho, enfatizó que las medidas tomadas por EU son claramente violatorias de instrumentos suscritos por México, como es el aumento de aranceles en 25 por ciento. Por ello, esa debe ser la primera línea del discurso de nuestra nación: “se violan las reglas que pactamos, en las que Estados Unidos estuvo de acuerdo”.
Esto va más allá de un tema comercial; están relacionados asuntos como migración o narcotráfico, ante lo cual el país debe solicitar que se acelere la revisión del acuerdo para mantener la discusión centrada en el aspecto comercial, y si se quieren cambiar las reglas, que se modifiquen.
Por su parte, Samuel Ortiz Velásquez, docente de la Facultad de Economía de la UNAM, estuvo de acuerdo en que el neoproteccionismo del mandatario estadounidense debe ser una oportunidad para replantear la estrategia de progreso de nuestro país.
El especialista en organización industrial, política industrial y comercio exterior explicó que con una guerra arancelaria pierde la región de América del Norte frente a Asia. Hay que esperar la llamada de Trump y la presidenta de México, entre otros aspectos, para conocer cuál será el alcance de la medida arancelaria.
También rememoró que los años de apertura económica, el comercio y la inversión extranjera directa no han impactado en los indicadores de avance de México, ya que mientras el comercio de manufacturas en los últimos 30 años creció a una tasa media de 8 por ciento y esa inversión en 5 por ciento, el producto interno bruto (PIB) y la productividad permanecen estancados.
Para un replanteamiento del modelo de desarrollo, la clave es profundizar la estrategia nacional de industrialización (Plan México) y recuperar empleo en industrias como la textil, calzado o madera, que han perdido casi 250 mil puestos de trabajo.