México se encuentra inmerso en una revolución digital que exige fortalecer cada vez más sus sectores tecnológicos, pilares esenciales para el crecimiento económico y social del país. En el marco del Día Internacional de la Mujer (8M) se evidencia una realidad que, de persistir, limita el aprovechamiento del talento: la brecha salarial y la reducida presencia femenina en áreas clave de la tecnología.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2020 (ENOE), en México se han formado aproximadamente 980 mil especialistas en áreas relacionadas con las TIC’s, cifra que, pese a su magnitud, resulta insuficiente para responder a la creciente demanda del mercado. Este desfase resalta el reto que enfrentan tanto las empresas como el sector educativo para atraer y retener talento.

Por su parte, el informe Radiografía de las Mujeres en el Trabajo 2025, revela que únicamente el 28% de los empleos en el sector TI son ocupados por mujeres. Más aún, la brecha salarial es evidente: por cada 100 pesos que percibe un hombre en áreas STEM, una mujer solo gana 82. Esta desigualdad estructural no solo refleja disparidades en remuneración, sino que también limita el crecimiento y la innovación al desaprovechar el talento femenino.

Las condiciones laborales en el sector tampoco dejan de preocupar. Casi la mitad de las profesionales en TIC’s considera que su salario no se corresponde con la responsabilidad y carga de trabajo que desempeñan. Sonia Durán, Gerente de Capital Humano de Ecosistemas, destaca que “las mujeres en tecnología enfrentan barreras salariales, pero también, en términos de liderazgo y oportunidades de crecimiento. Es crucial que las empresas tomen medidas activas para cambiar esta realidad.”

Si bien, generacionalmente a las mujeres se les ha asociado con carreras humanistas o de cuidado, bajo la creencia de que son más aptas para estas áreas. Muchas han destacado en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; por sus siglas inglés). Ejemplo de ello es Radia Perlman, creadora del protocolo Spanning Tree (STP), esencial para la comunicación entre computadoras y considerado clave en el desarrollo de Internet. Otra pionera es Hedy Lamarr, quien co-inventó una tecnología que sentó las bases del Wi-Fi al desarrollar un sistema de guía por radio en la Segunda Guerra Mundial.

Estos casos muestran cómo las mujeres han contribuido significativamente a la ciencia y la tecnología, aunque su presencia en estas áreas sigue siendo limitada. Es fundamental seguir impulsando iniciativas que promuevan la equidad y el acceso a oportunidades en el sector tecnológico. Como señala Gabriela Bojorgez, Sales Manager, «para cerrar la brecha de género en TIC’s, es clave transformar la cultura organizacional y educativa. Es necesario sumar más mujeres al sector y  garantizar que tengan las mismas oportunidades de crecimiento y liderazgo«.

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