México vive una transformación clave impulsada por mujeres que redefinen el liderazgo y éxito de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes). Se trata de féminas jóvenes y preparadas que crecieron en una era de cambios tecnológicos y sociales. Son nativas digitales: 8 de cada 10 han implementado herramientas digitales en sus operaciones; adaptables, colaborativas y resilientes, características que les permiten navegar con destreza en el complejo mundo de los negocios del siglo XXI.

Lo anterior son algunos de los resultados del estudio “Mujeres al mando: el nuevo rostro del emprendimiento y la innovación tecnológica en México 2025”, elaborado por CONTPAQi, revelando que las contribuciones de estos negocios al 37 por ciento del PIB de acuerdo con datos de la consultora Deloitte y su presencia creciente en sectores como tecnología, moda, agricultura sostenible, finanzas y educación.

Con una edad promedio de 37.9 años, estas mujeres representan una generación dinámica y adaptable, con una sólida formación académica: 32 por ciento cuenta con formación universitaria y un 39 por ciento con educación media superior. Su resiliencia es particularmente notable: el 12 por ciento que vivió un fracaso empresarial previo transformó esa experiencia en valiosas lecciones para sus actuales negocios.

De acuerdo con las conclusiones del estudio, el 27 por ciento de las mujeres llega a puestos directivos con una velocidad impresionante, alcanzando este hito en tan solo un año. Además, están redefiniendo el estilo de liderazgo, pues 4 de cada 10 priorizan la participación y el intercambio de ideas en sus equipos, promoviendo una gestión democrática y colaborativa.

El documento incluye el “Índice de Curva de Madurez Digital”, el cual reporta que 38 por ciento de las Pymes con mujeres dueñas, socias o directoras solo han digitalizado los procesos fiscales como facturación y nómina; 30 por ciento lo ha hecho en algunos procesos, aunque considera que aún les falta mucho por avanzar; 18 por ciento tienen a la transformación digital como objetivo estratégico, con planes claros para implementarla en todas las áreas de su negocio; mientras que 14 por ciento del total tienen todos sus procesos digitalizados.

Las empresarias priorizan la digitalización, entre otras áreas, de facturación (57 por ciento), contabilidad (46 por ciento) y compras (43 por ciento). Estas áreas reflejan la necesidad de cumplir con obligaciones fiscales, controlar los ingresos y egresos, y optimizar la cadena de suministro. Estos 3 procesos son críticos para asegurar la estabilidad y eficiencia operativa de los negocios, ya que con un adecuado manejo del flujo de efectivo y las finanzas se convierten en empresas sostenibles en el tiempo.

La competencia en el mercado (26 por ciento), el acceso al financiamiento/crédito (21 por ciento), la falta de apoyo familiar (17 por ciento) y el desconocimiento del mercado (16 por ciento) se han convertido en los principales desafíos que enfrentan las mujeres al momento de iniciar un negocio. Ante estas adversidades, crean redes de apoyo y colaboración que les permiten compartir experiencias, recursos y conocimientos.

Además de estas soluciones, las mujeres empresarias demuestran una notable capacidad para desarrollar habilidades y adquirir conocimientos que les permiten sortear las dificultades que enfrentan en su entorno laboral. Entre las prioritarias se encuentran ventas (35 por ciento), servicio al cliente (34 por ciento), liderazgo (24 por ciento), planeación/control/organización (22 por ciento) y conocimientos financieros y de marketing (18 por ciento).

El equilibrio entre el trabajo y la vida familiar es un reto constante para las empresarias. La falta de tiempo (44 por ciento), la dificultad para equilibrar responsabilidades (38 por ciento) y el agotamiento (23 por ciento) son los principales obstáculos que enfrentan. La doble jornada y la carga emocional resultante generan altos niveles de estrés y afectan su bienestar, lo que subraya la necesidad de estrategias efectivas que promuevan el bienestar integral y permitan un desempeño sostenible.

Ante este panorama, la flexibilidad laboral se posiciona como una solución clave: 4 de cada 10 destaca su importancia para armonizar maternidad y emprendimiento. La planificación y organización (55 por ciento) y la separación del tiempo personal y profesional (26 por ciento) son estrategias fundamentales para gestionar mejor las múltiples responsabilidades. Además, la implementación de políticas de horarios flexibles permite mejorar la productividad, reducir costos operativos y optimizar la toma de decisiones, lo que beneficia tanto a las emprendedoras como a sus negocios.

Para Marlene García Padilla, “incorporar adoptar modelos más adaptables no solo facilita el balance entre la vida personal y profesional, sino que también fomenta un entorno empresarial más inclusivo y eficiente. La combinación de estrategias como la delegación de tareas, la priorización de actividades y el aprovechamiento de herramientas de administración contribuye significativamente al éxito y sostenibilidad de los negocios liderados por mujeres. Es crucial que tanto el sector empresarial como la sociedad reconozcan la importancia de implementar iniciativas que promuevan la conciliación laboral, que garantiza el bienestar de las empresarias y fortalezcan el crecimiento de sus empresas”.

En adición, el 89% de las emprendedoras considera que los aspectos económicos son la principal motivación para sus colaboradores. Para fomentar la felicidad laboral, implementan estrategias como bonos (15%), incentivos adicionales (12%) y un buen ambiente de trabajo (9%). Además, factores como la buena comunicación, los días de descanso y la capacitación también contribuyen al compromiso y bienestar de los empleados, creando entornos laborales más sólidos y productivos.

“En conclusión, el futuro de los negocios es inclusivo e innovador, y lo están construyendo mujeres que desafían las barreras tradicionales con visión y determinación. Creo firmemente que la equidad y la diversidad no son solo ideales, sino principios esenciales para transformar el mundo empresarial. Este cambio no depende solo de ellas, sino de un esfuerzo conjunto donde todos sumemos para impulsar un ecosistema más justo y dinámico. El talento y la capacidad no tienen género, y el éxito del mañana será para quienes se atrevan a evolucionar y generar impacto”, concluyó René Martín Torres Fragoso.

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