México está experimentando un cambio significativo en los hábitos de vida y consumo, con la salud y el bienestar como ejes centrales. De acuerdo con datos recientes de NielsenIQ (NIQ), el 60 por ciento de los mexicanos considera una prioridad mejorar su salud y bienestar, impulsando una tendencia que combina prevención, educación y consumo consciente.
Este movimiento se refleja en los comportamientos cotidianos: el 44 por ciento de las personas adopta, mantiene o mejora su bienestar como principal motivador, mientras que el 40 por ciento ya toma medidas proactivas para cuidar su salud y prevenir enfermedades.
El cambio hacia estilos de vida más saludables llegó al 84 por ciento de los hogares mexicanos durante 2024. De este porcentaje, el 58 por ciento comenta hacerlo por necesidad y costumbre, y el 42 por ciento está motivado por un nuevo estilo de vida que prioriza el bienestar.
En términos de gasto, el 27.8 por ciento del presupuesto de los hogares considerados “healthy” se destina a productos saludables. Además, las dinámicas de compra muestran que los consumidores están seleccionando productos clave, como yogures (15.3 por ciento), carnes frías (4.3 por ciento) y quesos (3.8 por ciento), en contraste con los refrescos (36.6 por ciento) y botanas (10 por ciento) preferidos por hogares no saludables.
“Estamos viendo cómo los mexicanos están priorizando la calidad de vida a través de elecciones más saludables. Este comportamiento no solo refleja un cambio cultural, sino también una oportunidad para que las marcas adapten sus ofertas a esta nueva demanda”, comenta Daniela Balcázar, Account Director Small & Medium Business de NIQ.
La frecuencia de compra en hogares “healthy” ha aumentado de 6.4 a 7.4 veces al año, aunque las unidades adquiridas son menores, indicando una tendencia hacia compras más específicas y conscientes. Esto subraya la importancia de la prevención, ya que el 40 por ciento de los mexicanos busca toma decisiones que apoyen a evitar enfermedades al largo plazo.
Con la salud como eje prioritario, los hogares mexicanos están liderando una transformación cultural y económica hacia el bienestar. Este enfoque está no solo mejorando la calidad de vida, sino también reconfigurando las dinámicas de consumo en el país, abriendo una puerta a nuevas oportunidades para la industria.