De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la endometriosis afecta al 10% de las mujeres en edad reproductiva a nivel mundial; en México, se estima que una de cada 10 mujeres en edad reproductiva vive con esta enfermedad crónica, y muchas sin siquiera saberlo. Por falta de instrumentos médicos de detección y, en parte, porque el dolor menstrual de quienes padecen esta enfermedad ha sido históricamente normalizado, su diagnóstico puede tardar entre 7 y 10 años.

La endometriosis es una enfermedad en la que crece fuera del útero un tejido parecido al que se forma cada mes para la menstruación. Este tejido puede aparecer en los ovarios, trompas o en otras partes del cuerpo, causando inflamación, dolor fuerte en la pelvis, sangrado abundante y, en muchos casos, dificultades para quedar embarazada. Se calcula que entre el 30% y el 50% de las mujeres con endometriosis tienen problemas de fertilidad.

Ante la falta de herramientas médicas accesibles para detectar la endometriosis a tiempo, la copa menstrual cobra relevancia como una aliada para que las mujeres conozcan mejor su cuerpo. Aunque no reemplaza un diagnóstico médico, su uso regular permite observar con más detalle el tipo y la cantidad de sangrado, lo que facilita identificar señales que podrían pasar desapercibidas con otros productos menstruales como toallas o tampones. Por ejemplo:

  • Medición precisa del volumen menstrual: El uso de la copa menstrual permite a las mujeres cuantificar la cantidad de sangrado durante su periodo. Se considera normal una pérdida de sangre menstrual de hasta 80 ml por ciclo. ​
  • Observación de coágulos o fragmentos de tejido: También permite a las mujeres observar con mayor detalle la presencia y frecuencia de coágulos grandes, lo que puede ayudar a identificar posibles anomalías en su ciclo.
  • Detección de cambios en color y textura del flujo: Es importante que la copa menstrual sea transparente porque facilita observar cambios en el color o la consistencia del flujo menstrual. Estas variaciones, como un sangrado muy oscuro, espeso o con aspecto irregular, pueden estar relacionadas con inflamación o condiciones como la endometriosis.
  • Identificación de molestias al usar productos internos: En algunas mujeres con endometriosis, el uso de productos menstruales internos, como la copa, puede generar dolor o incomodidad al colocarlos o retirarlos. Estas molestias no son normales y podrían ser una señal temprana de esta condición.
  • Adaptabilidad de las copas menstruales: No todos los cuerpos son iguales, por eso ProFemme Cup tiene dos modelos de copas menstruales pensados para adaptarse a cada anatomía y etapa de la vida. Una de ellas está pensada para mujeres principiantes y la otra para quienes ya tienen más experiencia, incluso para quienes han tenido partos. Ambas cuentan con registro sanitario y están hechas de material TPE (elastómero termoplástico), un material de grado médico certificado que puede estar al interior del cuerpo de las mujeres hasta por 12 horas.

Por otro lado, un estudio de la Universidad de Oxford investigó cómo el sangrado menstrual recolectado con copas podría usarse para desarrollar métodos diagnósticos no invasivos, al analizar biomarcadores vinculados con la endometriosis. Además, el uso constante de la copa menstrual no solo aporta beneficios prácticos, también fortalece el vínculo con el propio cuerpo: encuestas realizadas a usuarias revelan que al menos el 65% se siente más consciente de su salud ginecológica desde que comenzó a utilizarla.

Paola Acuña, experta en gestión menstrual y vocera de ProFemme, menciona que “es importante destacar que, aunque la copa menstrual no es una herramienta diagnóstica médica, su uso puede facilitar a las mujeres el monitoreo de su flujo menstrual y la detección de posibles irregularidades. Ante cualquier anomalía observada, siempre es recomendable acudir a consulta con el ginecólogo para una evaluación adecuada.”

 

 

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