En México, los principales puntos del Plan Nacional Hídrico (PNH) buscan enfrentar a la creciente escasez de agua en el país, ya que, datos del World Resources Institute, señala que México se encuentra en el lugar 26 de los países con mayor estrés hídrico a nivel mundial, lo cual coloca al país en la categoría de riesgo alto, en un nivel similar al de Marruecos.

El acceso a servicios de agua y saneamiento es también inequitativo alrededor del mundo: se estima que aproximadamente el 27 por ciento de la población mundial en 2022 carecía de acceso a agua potable gestionada de manera segura (ya sea por consumir agua contaminada, lejos de su vivienda mediante acarreo, recolectada de fuentes sin tratamiento o recibida de forma intermitente), mientras que alrededor del 44 por ciento de la población mundial no contaba con acceso a servicios de saneamiento (sin drenaje conectado a la red pública o sin fosas sépticas).

En el caso de México, de acuerdo con datos del INEGI, aproximadamente el 6.9 por ciento de los hogares en el país, es decir, 2.5 millones de hogares, no contaba con agua entubada dentro de su vivienda, además de que, dentro del total de viviendas con infraestructura de tubería, 1 de cada 3 no recibía agua diariamente. Con respecto a tipo de drenaje, el 78.2 por ciento de las viviendas en México (28.9 millones) cuenta con conexión a la red pública, mientras que el 17.2 por ciento utiliza fosas o tanques sépticos y el 1.2 por ciento (medio millón) tiene como drenaje tuberías que descargan directamente en barrancas, grietas o cuerpos de agua.

De acuerdo con datos del Sustainable Development Report, el cual mide el progreso mundial en el avance de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), México registró en 2023 un cumplimiento de 69.9 por ciento en las metas del ODS 6, cuyo objetivo es garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos. De esta forma, México se encontró por encima del promedio mundial de cumplimiento para 2023, que fue del 62.4 por ciento, pero por debajo del promedio para América Latina y el Caribe, que tuvo una media de 72.6 por ciento de avance.

De manera diaria, la Conagua lleva a cabo un monitoreo del nivel de llenado de las principales presas del país. En los últimos 10 años ha habido dos momentos con niveles críticos de almacenaje, uno en 2021 y el más reciente el año pasado, en 2024. A pesar de que, al 31 de marzo de 2025 hay señales de recuperación con respecto al año previo, al ubicarse el nivel de almacenamiento en presas a nivel nacional en un promedio de 56.5 por ciento, frente a 42.8 por ciento al 31 de marzo de 2024.

Cabe destacar que en los últimos 10 años ha habido una tendencia hacia la reducción en el nivel de agua disponible, puesto que en 2015 el nivel para la misma época del año era de 77.4 por ciento, es decir, hay una disminución en el nivel de almacenamiento en presas de 20.9 puntos porcentuales a lo largo de una década.

El Sistema Cutzamala, integrado por las presas, Villa Victoria y Valle de Bravo, en el Estado de México, y El Bosque, en Michoacán, y el cual aporta, de acuerdo con las estadísticas más recientes de la Conagua, el 17 por ciento del agua que se consume en el Valle de México, no ha sido ajeno a las tendencias a nivel nacional.

Para el mes de marzo de 2025, el mapa de sequía de la Conagua, señala que el centro y sur de Querétaro, se encuentra en una situación de “anormalmente seco”, es decir que se espera tener problemas de acceso al agua potable y se tengan altas temperaturas para primavera y verano, con diversas afectaciones en ganadería y para zonas habitacionales.

Aunque dicho panorama es más tranquilo que el 2024, cuando el estado que en su totalidad se catalogaba que sufría sequía extrema y excepcional.

En Querétaro, 17 de los 18 municipios experimentaron condiciones de sequía moderada durante 2024, según datos del Monitor de Sequía de CONAGUA. Esta situación afecta el acceso al agua potable para miles de familias y pone en riesgo sectores clave como la agricultura, la industria y los servicios básicos.

En 2024 la sequía afectó a casi todos los estados del país, con excepción de Colima, Baja California y Baja California Sur, siendo además particularmente acentuada en los estados del centro, Bajío y noroeste. Para 2025, la sequía se mantiene con mayor intensidad en el norte y noroeste, incorporando también a la península de Baja California, mientras que las condiciones en el resto del país aparecen más favorables.

Otro factor que impacta es el presupuesto y cobro de impuestos del agua, pues datos del INEGI, señala que el 57.5 por ciento de las tomas de agua en el país cuenta con medidor, lo cual permite conocer a mejor detalle la cantidad de agua consumida y el monto a pagar. Sin embargo, el porcentaje varía ampliamente entre estados, puesto que mientras que en Nuevo León, Baja California, Querétaro, Chihuahua y Guanajuato el porcentaje de tomas con medidor supera el 80 por ciento, en Nayarit, Tabasco y Tlaxcala el porcentaje no sobrepasa el 16 por ciento.

Para México, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el sector agropecuario representó el 67.5 por ciento del consumo, el abastecimiento público-urbano el 14.7 por ciento, los usos múltiples el 6.7 por ciento, las centrales termoeléctricas el 4.6 por ciento, la industria el 3.1 por ciento, el comercio y servicios el 1.9 por ciento y otros usos el 1.5 por ciento.

Mientras que a nivel mundial, el sector agrícola es el principal consumidor de agua dulce, representando el 72 por ciento del agua que se extrae en el mundo, seguido de la industria con el 15 por ciento y el uso doméstico y municipal con el 13 por ciento.

En lo que respecta al acceso al agua, es bastante desigual en el mundo, ya que, un estimado de 4,000 millones de personas – mitad de la población mundial-, sufre de una grave escasez de agua durante al menos una parte del año, a lo cual se suma que, alrededor del 25 por ciento de la población mundial vive en países con un estrés hídrico extremadamente alto (UNESCO).

El nuevo PHN considera, además de la inversión para la tecnificación en distritos de riego, un segundo componente de inversión en obras de infraestructura y de saneamiento a ríos. A diferencia de la intervención en distritos de riego que se focaliza en el centro y norte de México, este segundo componente incluye también trabajos en estados del sur y sureste del país. De un total de 109,128 millones de pesos de inversión federal en infraestructura hídrica, programados entre 2025 y 2030, el 46 por ciento corresponde a un solo proyecto, que es el Plan Integral para la Zona Metropolitana del Valle de México.

En lo que respecta a los proyectos de saneamiento a ríos, estos son: 1) el Lerma-Santiago, que corre entre los estados de Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Estado de México y Querétaro, 2) el Río Tula, en Hidalgo y el Estado de México, y 3) el Río Atoyac, entre Tlaxcala y Puebla. Cada uno de estos proyectos de saneamiento, retomado de los 100 Compromisos de Gobierno en la toma de protesta presidencial de Claudia Sheinbaum, plantea una inversión de 1,500 MDP.

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