“Las especificidades de la inmunidad no solo dependen del patógeno en cuestión sino también varían de persona a persona”, reflexiona el Dr. David Bernard, director médico de patología clínica del Hospital Houston Methodist. “Agreguemos a esto el hecho el que ahora tenemos vacunas, lo cual implica que hay más de una vía para desarrollar inmunidad contra COVID-19”
Todos tenemos una primera línea de defensa llamada inmunidad innata, esta forma no específica de inmunidad responde igual ante cualquier tipo de microorganismos que invaden nuestra piel o ciertas células y proteínas en el cuerpo. La segunda línea de defensa, se llama inmunidad adaptativa, y es aquí cuando se pone interesante.
“Con la inmunidad adaptativa, el cuerpo desarrolla un tipo especial de células y anticuerpos que van dirigidos específicamente al invasor, en este caso al coronavirus que causa la enfermedad de COVID-19. La inmunidad adaptativa puede generarse ya sea por una infección previa (inmunidad natural) o puede también desarrollarse a través de la vacunación”, explica el Dr. Bernard.
Una persona tiene 4 posibilidades de inmunidad ante COVID-19:
- Inmunidad Natural
- Inmunidad inducida por vacunas
- Inmunidad combinada, natural y vacunas
- Sin inmunidad
La pregunta que se desprende es ¿si la inmunidad natural y la inducida por vacunas ofrecen un nivel similar de protección? Y si se tiene ambas, ¿se estaría doblemente protegido?
“Las personas que más preocupan en estos momentos son obviamente los no vacunados que no tienen ningún tipo de inmunidad y, en segundo término, aquellos no vacunados que solo tienen inmunidad derivada de una infección previa por COVID-19”, comenta el Dr. Bernard. “Sin embargo, tampoco queremos que haya personas que se crean invencibles por estar vacunadas”.
El Dr. Bernard del Hospital Houston Methodist nos explica los diferentes niveles del espectro de inmunidad contra COVID-19:
Los MENOS protegidos: Los NO vacunados
Considerando que la pandemia por COVID-19 ha cobrado más de 650,000 vidas en los Estados Unidos de América, no hay duda alguna en que la gente con mayor riesgo es la que aún no se vacuna.
“Algunos estudios indican que las vacunas contra COVID-19 han salvado en los Estados Unidos solamente, alrededor de un cuarto de millón de vidas y se han prevenido cerca de 1 millón de hospitalizaciones”, afirma el Dr. Bernard. “Incluso ante el escenario actual con la variante Delta, las vacunas han probado una y otra vez que son muy efectivas en realizar sus funciones primarias: prevenir enfermedad severa, hospitalizaciones y muertes”.
“Para resolver sentimientos encontrados y ansiedad en torno a las vacunas, considera hablar con un médico de confianza. Él o ella te ayudarán a entender cómo funcionan las vacunas, qué efectos adversos normales puedes esperar y cuáles son los beneficios de la vacunación. También te puede proveer de información para mitigar la ansiedad sobre las vacunas y te puede ayudar enormemente a tomar una decisión bien informada con respecto a la vacunación” recomienda el Dr. Bernard.
“Para aquellos jóvenes y sanos que creen que está bien solo esperar a infectarse de COVID-19, mucho cuidado, tengan en mente que incluso los casos moderados de la enfermedad son debilitantes y pueden surgir síntomas y secuelas que duren meses, si no es que potencialmente, toda la vida. Esto sin mencionar el riesgo real de hospitalización y muerte que también tienen los jóvenes”, enfatiza el Dr. Bernard.
Aprendizaje: Si no estás vacunado, no pierdas más tiempo y vacúnate. Al vacunarte, tomas todos los beneficios protectores de la inmunidad, sin tener que enfrentar los grandes riesgos que conlleva la infección por COVID-19 cuando no se tiene inmunidad alguna.
Protección BAJA: Aquellos que sólo tienen inmunidad natural
Muchos estudios han comprobado que la gran mayoría de las personas que se han recuperado de COVID-19 producen protección contra el virus incluidos anticuerpos y células inmunes entrenadas.
Sin embargo, el Dr. Bernard externa que todavía hay muchas incógnitas alrededor de la inmunidad natural que sigue a una infección, ya que no se puede determinar el grado y calidad de la protección que ofrece.
¿Por qué la inmunidad que se desarrolla después de la infección no es suficiente?
“La inmunidad que sigue a una infección no es igual a la que se genera con la vacunación. Hay estudios que demuestran que los niveles de anticuerpos de las personas que se vacunaron son mucho mayores a los que presentan las personas recuperadas de la infección”, analiza el Dr. Bernard. “A pesar de que la infección sí conlleva a la generación de anticuerpos contra el virus, muchos de éstos no protegen de una reinfección. La vacunación, por su parte, ofrece un nivel mucho mayor de anticuerpos protectores que los que se generan después de haber tenido COVID-19. Sin embargo, actualmente no es posible saber qué tan robusta es la respuesta inmune de una persona o qué tan rápido esta inmunidad se disipa con el tiempo”, agrega el Dr. Bernard.
Dicho de otro modo: No hay manera de decirle a una persona “tu inmunidad te va a proteger por ocho meses”, y a otra persona “tu inmunidad te va a proteger solo por un par de meses. Por otro lado, la inmunidad adquirida por la vacunación ha sido activamente estudiada durante décadas en un ambiente controlado y detallado en un sinnúmero de protocolos de investigación de vacunas”, asegura el Dr. Bernard.
“En otro tema, la reinfección con COVID-19 es de alguna manera rara, pero seguramente con el tiempo se hará más y más frecuente en tanto sigan apareciendo variantes de preocupación del COVID-19”, advierte el Dr. Bernard.
Aprendizaje: La inmunidad natural que le sigue a una infección, no es suficiente. Si ya tuviste COVID-19 es muy importante vacunarte una vez que estés totalmente recuperado.
Los MEJOR protegidos: Los vacunados
Ninguna vacuna es 100% efectiva, y con la variante Delta que es mucho más contagiosa, estamos viendo ocurrir nuevamente olas de infecciones. La buena noticia es que las personas vacunadas que se infectan con COVID-19, tienen 25 veces menos riesgo a ser hospitalizadas”, afirma el Dr. Bernard.
Aunque está comprobado que la inmunidad provista por las vacunas disminuye con el tiempo, particularmente en prevenir enfermedad leve o moderada en aquellos que fueron vacunados a principios de año, la buena noticia es que la inmunidad adaptativa inducida por vacunas se puede fortalecer con una tercera dosis de refuerzo.
Las terceras dosis de refuerzo están ahora disponibles en personas seriamente inmunocomprometidas en los Estados Unidos. En días recientes, la FDA anunció para aquél país, la autorización de un refuerzo de la vacuna de Pfizer (únicamente esa por ahora), para personas mayores de 65 años, para individuos con condiciones de salud que los ponen en riesgo de sufrir una enfermedad severa si se infectan de COVID y también para personas cuyo trabajo sea de alto riesgo de infección; como por ejemplo, personal de salud, empleados de supermercados, etc. que hayan sido vacunados en su primera y segunda dosis, con el biológico de Pfizer. Para las demás vacunas aún no hay estudios completos.