En el marco de la 26 Conferencia de las Partes (COP-26) de las Naciones Unidas, donde todas las naciones del planeta buscarán concretar acuerdos a favor de la mitigación del Cambio Climático, y México lleva como su carta de presentación dos cartas que son muy criticadas por la oposición política y la UNAM, tanto el programa Sembrando Vida y la iniciativa de reforma energética que impulsa a la energía tradicional.
Actualmente, se discute en el Congreso una propuesta de reforma constitucional que podría llevar a privilegiar medios de producción de electricidad más contaminantes, como las termoeléctricas, y que afectarían fuentes más limpias y sostenibles como la solar y la eólica, lo que hace aún menos probable la consecución de las metas nacionales en mitigación climática.
En el marco del Día Mundial de la Ecología (1 de Noviembre), debe señalarse que México tiene firmado acuerdos para en 2030, respecto a la línea base construida en un escenario tendencial estimado para el 2013 reducir las emisiones nacionales de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) en un 22% a 2030 en el caso “no condicionado” y en 36% en el caso “condicionado”.
Si se considera que las emisiones de México representan el 1.3% de las emisiones globales, la reducción del 22% de sus emisiones en el 2030 se traducen en evitar la emisión de alrededor de 210 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (MtCO2e) para contribuir a la meta global.
De acuerdo al estudio “Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, mitigación y adaptación” de BBVA México, indica que al comparar las proyecciones de emisiones de GEIs presentada por México en 2015 y la actualizada en 2020, destaca que existen incrementos importantes en las estimaciones de emisiones del sector industrial en 34 MtCO2e para 2030 y aumentos de 29 MtCO2e en la agricultura y la ganadería, es decir, no se dieron avances en los últimos cinco años en estos sectores.
Por el otro lado, lo sectores que se proyectan con una mayor mejoría relativa para 2030 son la generación de energía eléctrica, y el proceso de extracción, procesamiento y transporte de petróleo, gas y sus derivados. En 2020, y para los próximos 10 años, la actividad de transporte es, y continuará siendo, el sector que más produce Gases de Efecto Invernadero en México, con alrededor de una cuarta parte del total.
La generación de energía eléctrica se estimó que fue la segunda mayor fuente en México de emisión de GEIs en 2020. Es necesario que el país transite a fuentes de generación de electricidad sostenibles y más limpias, como la solar y la eólica. Actualmente se discute en el poder legislativo una reforma constitucional para fortalecer la preponderancia del Estado en la producción de electricidad, la cual podría privilegiar la generación de electricidad a través de combustibles fósiles y aumentaría las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Se espera que el gobierno de México busque alinear los incentivos para favorecer que esta migración energética hacia prácticas de producción y consumo sostenible se haga con un riesgo de transición bajo (apoyando el financiamiento, el emprendimiento y la capacitación), y realice acciones de prevención, atención, mitigación a hogares y empresas que materialicen riesgos por cambio climático.
México cuenta con una Ley General de Cambio Climático, creada en 2012 y reformada en 2018 para establecer la figura de la «Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC)» y su compromiso con el conjunto de objetivos y metas, asumidas por México, en el marco del Acuerdo de París, en materia de mitigación y adaptación al cambio climático.
El pasado martes 19 de octubre de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió en Palenque con John Kerry, el enviado presidencial especial de los Estados Unidos para el Clima. En este encuentro oficial se reiteró el compromiso de México de reducir en 22% las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, y en 52% las emisiones de carbono negro en 2030. Sin embargo, México no tiene establecido estrategias y acciones reales para lograr cumplir con sus objetivos de mitigación comprometidos en su NDC. Actualmente el gobierno de México continúa apostando al uso de combustibles fósiles para cubrir la demanda energética del país.