La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) considera que es necesario hacer un balance de lo vivido hasta ahora para saber dónde nos encontramos parados y tener claridad de miras de lo que nos falta por hacer. No se trata de buscar responsables sino de encontrar soluciones para lograr salir de esta crisis prolongada que nos ha tocado sobrevivir como país.
El gobierno anterior (EPN) nos entregó un país en llamas, a grado tal que abandonó su gestión 6 meses antes de su término; los focos rojos de la corrupción, inseguridad, violencia y crisis económica fueron las causas que explican el mandato popular más duro de nuestra historia contemporánea: 33 millones de mexicanos votamos al unísono por el actual gobierno, concediendo el control legislativo al poder ejecutivo como no había ocurrido en tiempos recientes, ¿qué es lo que ha pasado a 3 años y medio de distancia? Prácticamente se hizo borrón y cuenta nueva respecto a la corrupción; para todo fin práctico se ha concedido el indulto a los principales corruptos del mandato anterior, que irritaron a los mexicanos. Hoy por hoy, los principales jefes de esa banda de ladronzuelos gozan de cabal salud, viven en libertad y con dispendio. En lo que respecta del actual gobierno, la responsabilidad del ejercicio presupuestario se ha entregado al sector castrense en la opacidad de su manejo.
“La narcoviolencia sigue azotando al país, convirtiéndose en un desgobierno del gobierno. Ahora dirijamos la mirada a la situación económica, nuestra economía venía arrastrando momentos de recesión que los expertos se empeñaron en referir como desaceleración, convirtiéndose en este mandato en estancamiento y, con la súbita llegada de la pandemia, en recesión. Los mexicanos nos hemos enfermado, perdido vidas, empobrecido, nos hemos quedado sin empleo y se ha abaratado la calidad de nuestra vida”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
La respuesta que ha dado el gobierno a la crisis que vive la microeconomía del país ha sido errada. Su programa más efectivo: el apoyo a los adultos mayores, así como las becas para el empleo, no han bajado, y los apoyos a la microeconomía (tandas y microcréditos) se han cancelado.
Las tandas para el bienestar con créditos de 6 mil a 20 mil pesos con tasa cero de interés, arrancaron con un presupuesto de 3 mil millones de pesos y han terminado con casi nada. En cuanto a los microcréditos de 25 mil pesos, iniciaron con 32 mil millones de pesos y para este 2022, se ha cancelado estos programas sin mediar explicación alguna. Esto es lo más grave, ya que es un vicio de la política mexicana no evaluar ni entregar calificaciones de sus políticas públicas por considerar que reconocer un error es sinónimo de debilidad gubernamental y se empeñan en presentarse ante la opinión pública como gobiernos infalibles.
“Es aquí donde torció el rabo la puerca, se presupuestan miles de millones de pesos en ideas voluntariosas que terminan en fracaso. No hay que olvidar que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Los políticos mexicanos se asemejan a las ocasiones en que se tiene que barrer en casa, se echa la basura debajo de la alfombra, pensando que al esconderla va a desaparecer, nada más lejos de la realidad. En síntesis, el país no cuenta con políticas públicas efectivas que apoyen la reactivación de la microeconomía y fortalezcan el consumo de lo local”, explicó Rivera.
Es menester decirlo en voz alta. Se los dijimos un millón de veces, el programa de microcréditos a la palabra de 25 mil por única vez no era, no es ni será una respuesta adecuada a la crisis que ha provocado la pandemia a nuestra microeconomía. Este apoyo no arregla el tamaño del hoyo negro, verdadero socavón que provocó la pandemia e hizo que cerraran más de un millón de pequeños negocios, perdiéndose más de 2 millones de autoempleos, cayendo más de un 40% del consumo privado y provocando una inflación subyacente de más del 12%, causas todas que explican el empobrecimiento social alimentario y que ha orillado a que más de 2 de cada 10 mexicanos conozcan el hambre. Esto es lo profundo del socavón y, desde luego que con 25 mil pesos no le hacemos ni cosquillas al asunto.
ANPEC propuso una y otra vez la creación de un Fondo Revolvente, público–privado que otorgara líneas de crédito blandas con montos distintos en apoyo a la reactivación de los pequeños negocios del país, de acuerdo a las necesidades que cada punto de venta tuviera, que les permitiera crear un historial crediticio y así poder ir incrementando su crédito; sin embargo, nunca nos pelaron. Aquí está el triste resultado: nos quedamos “como el perro de las 2 tortas: sin nada”. Por ello es que el corolario de la prolongada crisis económica que arrastra el país y que todo indica que continuará, es que nos hace falta enormemente tener capacidad autocrítica.