Después de haber realizado el “Primer Foro Nacional de Cáñamo Industrial: Aprovechamiento, procesos y beneficios”, la Alianza Latinoamericana de la Cannabis A.C. (ALCANN) y la Universidad Autónoma Chapingo comparten un extracto de las conclusiones derivadas del foro, que coinciden en la necesidad por reconocer los diferentes usos del cáñamo industrial; la creación de NOM’s y el establecimiento de una regulación que impulse la producción y comercialización de la planta para impulsar la generación de nuevos ingresos que favorecerán al desarrollo económico y social del país.
A través de estas conclusiones se busca sentar las bases para lograr el trabajo conjunto de la industria, academia, investigadores, autoridades y demás actores para impulsar el mercado, y son resultado del análisis del conocimiento compartido y de las posturas, como objetivo de destacar los beneficios sociales, económicos y productivos que generará el impulso de la industria del cáñamo en México, y la urgencia por una legislación acorde a las demandas nacionales y de mercados internacionales.
En el pasado Foro participaron destacados académicos, productores rurales, empresarios, miembros de Asociaciones Civiles, funcionarios y servidores públicos, especialistas, investigadores y activistas. A continuación, se comparte un resumen de las conclusiones de cada mesa de discusión:
Mesa 1: Cannabis y Cáñamo: hacía una correcta clasificación del Cáñamo Industrial.
Conclusión: Se requiere precisar las diferencias del cáñamo y de las variantes cannábicas con propiedades psicotrópicas, ya que el cáñamo es una planta de amplios usos industriales y no precisamente psicotrópica. Se recomienda que la producción del cáñamo industrial se libere de restricciones para su investigación, producción, industrialización y uso comercial.
El cáñamo industrial posee contenidos mínimos de compuestos psicotrópicos (< 1% THC), por lo que no debe considerarse de riesgo para la salud.
La definición de cáñamo como cultivo industrial no psicotrópico debe quedar reflejada en leyes, reglamentos y normas específicas.
Se requieren modificaciones al marco normativo que excluyan al cáñamo del listado de estupefacientes. Por ejemplo, los Artículos 234 y 245 de la LGS.
Mesa 2: Tecnología de producción.
Conclusión: El cáñamo, como todo cultivo, demanda protocolos específicos para lograr sus objetivos por unidad de superficie; por ejemplo, el rendimiento de fibras de calidad por hectárea. Este conocimiento debe desarrollarse en una plataforma de investigación multiactor, donde las universidades deberán integrarse. Asimismo, la tecnología que se utilice debe privilegiar procesos ecológicos para la producción libre de agroquímicos.
La producción parte de un objetivo productivo; así, cumplir con el objetivo del cáñamo, debe partir de la tecnología apropiada a las condiciones nacionales.
Se demandarán extensionistas de campo con dominio pleno de la tecnología de producción. La tecnología debe orientarse al cultivo sustentable.
La tecnología a desarrollarse debe partir del reconocimiento de su cadena de valor: insumos, semillas, producción, industria y comercialización.
Mesa 3: De cultivos tradicionales al cáñamo: una agricultura en transformación.
Conclusión: El cáñamo representa una oportunidad de alternancia y reconversión productiva con ventajas económicas, ambientales y sociales. Su cultivo e industrialización aportará al desarrollo de las zonas rurales. En tanto, su cultivo demanda desde la caracterización de la semilla, hasta el desarrollo de paquetes tecnológicos propios del cáñamo.
Se requieren procesos de innovación en la producción primaria, derivados de investigación aplicada. El cáñamo demanda procesos específicos.
La caracterización de la semilla de cáñamo y de su potencial productivo en campo deberá desarrollarse a la par del proceso de legalización del cultivo.
La producción de cáñamo debe partir de procesos de innovación orientados a la sustentabilidad de la cadena de valor con base en la agroecología.
Mesa 4: El marco jurídico del cáñamo industrial.
Conclusión: Existe un vacío legal respecto al cultivo y aprovechamiento integral del cáñamo, que debe ser resuelto para su desarrollo. El marco jurídico debe respaldarse por conocimiento y evidencias técnicas y el aporte potencial al desarrollo nacional, con base en plataformas Gobierno – Empresa – Universidad – Sociedad civil.
Debe distinguirse a la industria del cáñamo de la del cannabis medicinal y de uso adulto, reconociendo que ambos deben tener marcos distintos.
Un sustento para el marco jurídico del cáñamo es su aporte al desarrollo nacional a través de una opción productiva, incluyentes, rentable y sustentable.
El marco jurídico del cáñamo deber ser integrativo y multidisciplinario; de esta manera, la legislación debe ser respaldada por conocimientos de actores diversos, reconociendo sus diferentes usos industriales y de aporte a satisfactores de uso humano y animal.
Indispensable el desarrollo de Normas Oficiales Mexicanas (NOM) que complementen el proceso normativo. Cada uso implica el desarrollo de una NOM.
Mesa 5.1: Usos Industriales del Cáñamo (Insumos de consumo humano).
Conclusión: El cáñamo tiene potencial en usos diversos como fibras, cosmetológico, para nutrición humana, entre otros, razón por la que se requiere de procesos de difusión sobre sus usos y ventajas, y se requieren evidencias y argumentos técnicos sobre las ventajas del cáñamo a partir de su eficiencia en producción y la generación de externalidades positivas.
Se debe reconocer el uso del cáñamo en la nutrición humana, orientado tanto al mercado como a su consumo por los productores.
Los usos deben promoverse sobre una base de producción y consumo responsable, de bajo impacto ambiental y de contribución al bienestar.
Reconocimiento de la necesidad de investigaciones sobre el potencial del cáñamo en el uso humano y su aportación al desarrollo regional y nacional.
Mesa 5.2: Usos Industriales del Cáñamo (Insumos de materia prima).
Conclusión: El desarrollo de la industria del cáñamo industrial tiene tres ejes principales: su reconocimiento como cultivo industrial no psicotrópico; el desarrollo y validación de variedades e innovaciones para su producción, y la investigación aplicada a nivel industrial del cáñamo en diversos sectores donde se ha demostrado su potencial.
Educación sobre el cáñamo como premisa, con campañas que destaquen los beneficios para la población, la industria y para los productores.
La industria debe orientarse responsablemente a través de la sinergia industria – academia – productores – compradores – gobierno.
Se debe reconocer, desde la legislación, los usos diversos del cáñamo, incluidos las aplicaciones actuales y potenciales en diversos sectores.
Mesa 6: Cooperativas y ejidos ante el cáñamo.
Conclusión: La producción del cáñamo puede desarrollarse sobre una base incluyente y competitiva a partir de estructuras agrarias sociales. El desarrollo industrial puede soportarse en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, iniciando con la conformación del Sistema Producto Cáñamo Industrial, que aporte, entre otros, seguridad a los productores y a la industria. Las comunidades rurales presentan experiencia en producción primaria no legales, pero que evidencian capacidad.
El desarrollo del cáñamo por cooperativas y ejidos contribuirá a la conservación y uso sustentable de recursos comunes como el bosque.
La producción del cáñamo en zonas rurales diversificará y mejorará los ingresos económicos de sus pobladores.
Generación de conglomerados industriales y redes de valor que integren áreas especializadas en la producción y abasto social sostenible a la industria.
Mesa 7: Trazabilidad y buenas prácticas.
Conclusión: La trazabilidad y las buenas prácticas aportan certeza y seguridad a los actores de la cadena de valor, y facilitan la tarea del regulador. Es necesario establecer procesos de gobernanza y corresponsabilidad integrados en procesos de autoregulación. El desarrollo de NOMs, sobre la Ley de Infraestructura de la Calidad, son necesarias para los esquemas de trazabilidad y buenas prácticas.
Los esquemas de trazabilidad demandan de la participación del sector público, privado y de la academia para su diseño e implementación.
Los esquemas de trazabilidad y buenas prácticas deberán construirse sobre la base de la autogestión y la alineación a demanda industrial.
El mercado del cáñamo, tanto industrial como de usuarios finales, demandan de procesos sobre la base de estándares y certificaciones.
Mesa 8: Producción de Semilla.
Conclusión: El desarrollo del cáñamo en México debe partir del desarrollo y validación de semillas en campo; asimismo, la importación de ellas demandará procesos de validación tanto en campo como en la industria. La biodiversidad permite la selección y mejoramiento de variedades con atributos industriales (< 1% THC).
La base de la producción es la innovación, siendo la semilla la primera innovación a considerar: semillas validadas o desarrolladas para el campo mexicano.
México podría seguir el proceso de amnistía para el registro de semillas y su posterior validación agronómica e industrial, aunado a la importación.
El desarrollo de semillas demanda: legislación, trazabilidad, colecta, caracterización, secuenciación genética y validación de campo e industria.
Mesa 9.1: Protocolos de Investigación (uso clínico)
Conclusión: El uso médico del cáñamo en México demanda procesos de investigación nacionales. La población usuaria potencial estimada supera los 11 millones de habitantes. La producción deberá orientarse bajo un enfoque agroecológico que permita su uso clínico, sin generar problemas por contaminación con pesticidas. La prescripción en humanos deberá realizarse bajo supervisión médica.
El aprovechamiento del cáñamo debe acompañarse de procesos de investigación bajo una perspectiva humana, tecnológica, económica, social y ambiental.
Para uso clínico, y en general, el cáñamo deberá producirse libre de pesticidas. El uso clínico deberá promover la producción de cáñamo orgánico.
Se demandan investigaciones sobre los usos de diversos cannabinoides, más allá del THC y el CBD.
Mesa 9.2: Protocolos de Investigación (uso agropecuario)
Conclusión: El cáñamo industrial se reconoce como opción productiva que favorece la diversificación productiva con beneficios económicos, ambientales y contribuciones al desarrollo regional y nacional. Además del desarrollo agrícola, existen contribuciones al bienestar animal y a la rentabilidad de la producción pecuaria.
La promoción del cultivo del cáñamo debe partir de sus beneficios económicos, sociales y económicos. Como cultivo, debe orientarse a la sustentabilidad.
La investigación en el uso de productos del cáñamo en la producción pecuaria aportará al desarrollo de opciones rentables y sostenibles.