La pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 ha movilizado a todo el mundo, y en México la situación actual de la COVID-19 refleja que el país no está en condiciones adecuadas para reaccionar ante una emergencia de salud como la actual.

Para lograrlo es necesaria una inversión sostenida, sustancial y comprometida en ciencia, tecnología e innovación y personal, así como el fomento de la interacción productiva y virtuosa con el sector empresarial y social de nuestro país, sostuvo Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich, director del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM.

El investigador señaló que “pareciera que no aprendimos la lección (con la pandemia por influenza AH1N1 de 2009), nos volvemos a tropezar con la misma piedra y caímos en un agujero. Esperemos que la COVID-19 nos sacuda como país de manera positiva, es decir, qué lecciones vamos a aprender para poder estar mejor preparados en el futuro”.

Declaró que la pandemia por influenza AH1N1 de 2009 dejó muchas lecciones, particularmente sobre el hecho de que ante una contingencia mundial, los países necesariamente velan, antes que nada, por sus propios connacionales, lo que explica el tardío y limitado arribo de vacunas específicas contra la cepa viral circulante en 2009.

La pandemia de 2009 evidenció la imprescindible necesidad de garantizar la soberanía en salud para nuestro país. En particular, hizo notoria la fragilidad de México en cuanto a su dependencia al extranjero en el abasto de medicamentos y vacunas, así como a la falta de infraestructura física y humana críticas para garantizar la producción de terapéuticos y profilácticos en territorio nacional.

Lamentablemente, la fragilidad estructural que se evidenció en el año 2009, tanto para los sectores público como privado, permanecen 11 años después e inclusive se podría argumentar que se han agravado, denunció.

De acuerdo con Ramírez Reivich, pese a los recortes presupuestales, en el país existen varios grupos de investigadores que se encuentran trabajando de manera muy activa en varios proyectos científicos para combatir la COVID-19, desde el desarrollo de pruebas para detectar la enfermedad, vacunas, desarrollo de insumos, etc.

Dijo que “actualmente se busca desarrollar una terapia serológica para pacientes con COVID-19, queremos contar con un anticuerpo monoclonal recombinante específico y neutralizante para SARS-CoV-2 para ser utilizado en el tratamiento de pacientes con coronavirus o para la prevención de la enfermedad en personal de salud”.

Por su parte, José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiologia de la Secretaría de Salud federal, declaró a periódico AM de Querétaro que entre los olvidos históricos del sector sanitario en México, es la falta de personal en muchos rubros médicos.

Recordó el déficit de profesionales de la salud en México equivale a poco más de 240 mil hombres y mujeres preparados en diversas especialidades médicas, situación que por emergencia y atender la COVID-19 conllevó a la contratación de 50 mil trabajadores de la salud, que se confirmó que permanecerán en sus plazas laborales tras la pandemia.

“Es el primer paso al mediano plazo e ir remediando los atrasos de personal médico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que a nivel global se requerirán 6 millones de enfermeras y enfermeros para atender la salud la siguiente década; por ello, como país debemos trabajar en el tema”, dijo.

Ejemplificó que la Secretaría de Salud, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), y el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), duplicarán las becas de especialización en el país como en el extranjero para preparar a especialistas médicos al futuro cercano.

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