Honeywell habló acerca de la participación que sus ingenieros tuvieron en el desarrollo del telescopio James Webb. El cual envió sus primeras imágenes capturadas, las cuales revelan cómo era el universo hace 13 mil millones de años.
A casi seis meses de haberse concretado su lanzamiento al espacio y, gracias a la alianza entre la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, el telescopio James Webb ya se ubica a 1.6 millones de kilómetros de la Tierra. El dispositivo se encuentra recabando información que muestra los primeros objetos que iluminaron el universo tras el Big Bang.
Son cuatro los instrumentos que conforman el telescopio espacial James Webb, dos de los cuales fueron desarrollados por ingenieros de Honeywell en colaboración con la Agencia Espacial Canadiense. El primero de ellos es un sensor de guía fina el cual ayuda al telescopio a:
- Determinar su posición
- Localizar cuerpos celestes
- Seguir objetivos en movimiento
- Mantenerse estable en posición fija o apuntando con muy alta precisión hacia un cuerpo celeste específico.
Este sensor juega un importante rol en todas las observaciones científicas hechas por el telescopio Webb y se asegura de recolectar imágenes claras y detalladas de cuerpos celestes en el universo.
El segundo instrumento que Honeywell aportó al telescopio es un generador de imágenes de infrarrojo cercano y espectrógrafo sin rendija, el cual está diseñado para ayudar a los científicos a observar galaxias distantes mientras estudia la composición química de la atmósfera de exoplanetas, buscando condiciones que podrían ser favorables para la vida.
“Con el Webb, podemos ver más allá en el universo de lo que pudimos observar con el Hubble, lo cual significa que podemos ver más hacia el pasado en el tiempo. Cuando las estrellas emitieron su “primera luz” lo que el Webb observa se encuentra a más de 13 mil millones de años atrás, mucho más cerca del Big Bang y más cerca de la formación del entorno. Los científicos ahora se dedican a vincular lo que ven del universo primitivo con lo que vemos ahora, revelando una mejor imagen de la evolución del universo,” comentó Neil Rowlands, ingeniero y científico de proyectos en nuestra división aeroespacial y quien fue parte de las contribuciones de la Agencia Espacial Canadiense desde que la creación del telescopio de siguiente generación era solo un concepto.
Las primeras imágenes capturadas con el telescopio James Webb y compartidas al mundo por medio de la NASA, capturan un área del cielo que es aproximadamente del tamaño de un grano de arena – y revela algunos de los objetos más delicados jamás observados.