El término ciudades inteligentes o smart cities, ha generado mucha expectativa. Hoy, las urbes para adquirir ese mote, necesitan de una infraestructura inteligente para reducir costos, mejorar la sostenibilidad y brindar mejores servicios a sus habitantes.
Este objetivo se puede conseguir con la implementación de iniciativas de Tecnologías de la Información (TI), buscando abrir nuevas oportunidades para tendencias, como: el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA), entre otras.
La administración de este tipo de ciudades tiene sus retos, por lo que se deben equilibrar los diversos intereses, pues resultan complejas para los responsables, debido al desconocimiento o a la rápida evolución de la tecnología.
Al respecto, la consultora IDC, pronostica que el costo mundial de las iniciativas para desarrollar ciudades inteligentes llegará a más de 114 mil millones de dólares a finales de este año, lo que representa un aumento del 18.9% con respecto al 2019.
Una correcta implementación tecnológica para habilitar smart cities tiene entre sus características plataformas o softwares escalables, interoperables y compatibles con otras tecnologías.
Un ejemplo del manejo inteligente que brinda el IoT y la IA es la iluminación inteligente. Que hace unos años se enfocaba sólo en optimizar costos, inventar mejores artículos y productos de calidad para las ciudades y sus habitantes.
Sin embargo, este sector se ha transformado, hasta lograr la convergencia entre lámparas LED y el IoT, elementos que, al fusionarse con ayuda de esquemas alámbricos e inalámbricos, transforman la función de la luz y el modo de vida de los ciudadanos.
En la actualidad, ya existen sistemas y softwares de iluminación conectada, tanto para el hogar como para las ciudades. Cuando se habla de ciudades inteligentes, estos términos no pueden ir separados; en el caso de actividades profesionales, a través de luminarias y otros dispositivos que se fusionan con las redes para la recopilación, distribución y almacenamiento de grandes cantidades de datos, permitirán impulsar la toma de decisiones, la innovación, la mejora de operaciones y la reducción de costos en actividades donde la luz tiene una participación.
También generan ahorro de energía, para el cuidado del medio ambiente (reduciendo las emisiones de carbono), y la administración de la luz con un clic en un dispositivo móvil o un sistema. Además de ofrecer a los ciudadanos, el sentirse seguros en lugares públicos; que estén bien iluminados; que aumenten su productividad; que disfruten de espacios turísticos rodeados de espectáculos de luz; y amplifiquen la vivencia de los aficionados en los estadios.
Indonesia, Canadá, Argentina, Brasil, Reino Unido y España son países que actualmente ya disfrutan de los beneficios otorgados por esta tecnología, y han experimentado la disminución del consumo de energía hasta en un 70%.
En el caso de los hogares, con sistemas de iluminación inteligente, la forma cómo se usa la luz dentro y fuera del hogar es diferente, estimulando los sentidos de las personas, transformando sus momentos y brindando tranquilidad cuando están lejos de casa al tener la opción de controlar la luz, sin necesidad de estar en casa.