Autoridades de México, Estados Unidos y Canadá reconocieron los avances existentes en la mejora de la calidad del aire, pero reconocieron que no son suficientes pues la gente sigue expuesta a contaminación por arriba de las recomendaciones internacionales y aún necesita colocarse en el centro a la equidad y justicia social.
Este es el llamado que se realizó en el marco de la celebración del Día internacional del aire limpio por un cielo azul: compartir el aire en América del Norte, organizado por el World Resources Institute (WRI), en reconocimiento del urgente desafío que representa la contaminación del aire, pues 99% de la población respira aire por arriba de los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ani Dasgupta, Presidente ejecutivo de WRI a nivel global, aseguró que la contaminación no conoce fronteras, viaja a través de continentes y llamó a tomar conciencia sobre la importancia de apostar por energías renovables, usar materiales de construcción amigables con el ambiente, cambiar a vehículos eléctricos, caminar y reducir la quema de basura.
Beatriz Cárdenas, directora de calidad del aire de WRI México, expuso que la colaboración entre ciudades y gobiernos ha ayudado, pero todavía tenemos que profundizarla más y enfocarnos en la comunicación con las comunidades, sobre todo con los más afectados.
“Tenemos que priorizar las acciones de comunidades que históricamente han estado en condiciones de vulnerabilidad y que ahora están expuestas a más contaminantes”, dijo.
Además, subrayó la urgencia de tener un enfoque integrado de cambio climático y calidad del aire, centrado en el reconocimiento de que la exposición a contaminantes tiene muchas inequidades.
Por su parte, Miguel Zerón, jefe de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Nacionales (Semarnat), detalló que la calidad del aire no sólo tiene impactos en el clima, la biodiversidad y los ecosistemas, sino que es un riesgo para la salud humana y es una de las causas evitables de muerte en el mundo, sobre todo para los más vulnerables.
“A nivel nacional, hemos puesto en el centro a las personas, implementamos la estrategia de calidad del aire y estrategias de gestión, de la mano de gobiernos subnacionales, encontrando mecanismos que mejoren la calidad del aire”, puntualizó.
Además, dijo, se han articulado en los últimos años más de 120 proyectos que han permitido eliminar el consumo nacional del 99% de sustancias agotadoras de la capa de ozono.
“Hemos aprendido que, paradójicamente, aquellos que menos responsabilidad tienen de causar el desequilibrio son los que terminan enfrentándose a las inclemencias de las consecuencias; por eso se debe seguir integrando el bienestar y la justicia ambiental como un criterio fundamental de las políticas y garantizar el derecho a un medio ambiente sano y usando la cooperación como el camino para conseguir los objetivos que tenemos”, planteó.
Daniel Taillant, director ejecutivo de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), recordó que nunca hemos estado más conscientes de la naturaleza delicada del aire y de la emergencia climática que enfrentamos como sociedad.
La contaminación atmosférica, dijo, no respeta fronteras, el aire circula en todo el hemisferio, por lo que es importante que todos actuemos para abordar el problema.
Coincidió en que la calidad atmosférica tiene una intersección en la equidad social y ambiental, porque no todas las comunidades sufren la misma manera la carga de los problemas de calidad atmosférica.
“Es importante identificar aquellos que son más vulnerables. Tenemos que alinear a los países y entender que es un solo ambiente y debemos protegerlo. El llamado de la CCA es: tenemos que hacer más, más rápido y mejor. Tenemos que actuar antes de que sea demasiado tarde”, sostuvo.