La Alianza Mundial por el Suelo y en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural federal (Sader) trabajarán en un esquema para incrementar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios a los efectos del cambio climático y combatir la pérdida de agrobiodiversidad, mediante la recarbonización de los suelos de 12 entidades del país.
Para ello, en 12 estados con zonas catalogadas de menor estabilidad climática y bajo potencial de captura de carbono, las cuales se ubican en Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Guanajuato; zonas de menor estabilidad climática pero mayor potencial de captura de carbono en Veracruz, Chiapas, Campeche y Guerrero, y áreas de mayor estabilidad climática y alto potencial de captación de carbono en Nayarit, Morelos, Veracruz y Chiapas, se induciran diversos proyectos.
Este esquema considera la implementación de prácticas de manejo sostenible, gobernanza, proyectos institucionales y mecanismos financieros en el sector primario, lo que permitirá incrementar la resiliencia del recurso suelo, detalló la titular de la Dirección General de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la Secretaría, Sol Ortiz García.
Señaló que la agricultura es uno de los sectores más vulnerables a los efectos del cambio climático, en particular ante plagas, enfermedades, fuegos devastadores y menor rendimiento de los cultivos.
Informó que en México, el 64 por ciento de los suelos presenta algún tipo de degradación y el 28 por ciento de las unidades de producción identifica como principal problema la pérdida de fertilidad del suelo.
Aseguró que se debe construir un nuevo sistema agroalimentario justo, saludable y sustentable, a través del uso responsable del suelo, el agua y la biodiversidad, con la integración de sectores históricamente excluidos.
Por su parte, el jefe de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT), Kai Sonder, informó que, de acuerdo con un estudio realizado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, en México la agricultura produce el 12.3 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y se coloca como la segunda actividad que más emisiones produce. De ese porcentaje, el 50.2 por ciento se produce por cultivos y 49.8 por ciento por la ganadería.
Por ello –dijo- los gobiernos deben implementar acciones de mitigación como la siembra de variedades más tolerantes a sequías, calor e inundaciones; adoptar la agricultura de conservación, contar con mecanismos eficientes de retención de agua en el suelo, reducir la evapotranspiración y planeación a largo plazo de programas de mejoramiento de cultivos, entre otras medidas.