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A lo largo de las últimas décadas, el deterioro en el medio ambiente ha generado una gran preocupación en México, que se encuentra entre uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo. Pese a ello y a los recursos naturales que el país representa para el planeta, se ubica también entre los 10 países con mayores niveles de deforestación, a la vez que ocupa el quinto puesto en este sentido en América Latina y el Caribe

Alejandro Carlos Tovar Domínguez cuenta acerca de cómo esto se vincula con los megaproyectos en funcionamiento en el país y el riesgo para el futuro de los ecosistemas mexicanos.

El extractivismo en México, de acuerdo con Alejandro Carlos Tovar Dominguez
Gran parte del deterioro ambiental que se manifiesta en la actualidad ha sido relacionado por especialistas, cuenta Alejandro Carlos Tovar Dominguez, con las actividades extractivas. En el caso de México, estas se vinculan especialmente a la minería y también a los grandes megaproyectos de infraestructura. En ambos casos, actividades que son planteadas como indispensables para el desarrollo de los territorios. No obstante, en ambos casos son actividades que tienen un impacto negativo muy importante en las comunidades, en su calidad de vida y en el ambiente, contribuyendo al cambio climático.

Uno de los aspectos que los especialistas han destacado tiene que ver con que el potencial extractivo, junto a la flexibilidad legislativa histórica con objetivos de atraer inversiones en distintos sectores de América Latina, han generado que se impongan modelos productivos de estas características en toda la región.

De acuerdo a lo anterior, explica Alejandro Carlos Tovar Dominguez que hay dos tipos de grandes megaproyectos que funcionan en México y que tienen dichos efectos. Por un lado, el de infraestructura y, por otro, el extractivo. Los proyectos de infraestructura consisten en instalaciones que buscan generar mejores condiciones para la población, como pueden ser carreteras y hospitales. Los extractivos, por su parte, son los que se enfocan en la explotación de los recursos naturales pero sin implicar el desarrollo de cadenas productivas locales.

Los proyectos extractivos en México
México es un país que se caracteriza por tener activos un amplio número de proyectos extractivos tanto mineros como energéticos y petroleros. En muchos casos, estos proyectos generan, cuenta Alejandro Carlos Tovar Domínguez, un debilitamiento en la soberanía nacional en términos energéticos y de proyección de los recursos. Esto se debe a que se cede el control territorial de grandes espacios pertenecientes al país a empresas internacionales por períodos que pueden ir desde los 30 hasta los 100 años.

Hoy en día, México posee en agenda cerca de 1.600 megaproyectos de esta índole que serían realizados. Entre estos, han llamado especialmente la atención aquellos tales como el tren maya, el, aeropuerto, la refinería y el corredor transístmico. No obstante, sostiene Alejandro Carlos Tovar Domínguez que, de acuerdo a la Ley de transición energética, estos proyectos no deberían tener sustento legal, debido a que emplean combustibles fósiles como el petróleo y el carbón. No obstante, pese a la polémica que se ha generado alrededor de estos anuncios, los mismos han sido considerados como esenciales para el desarrollo nacional.

¿Cómo proteger el futuro de México?
Explica Alejandro Carlos Tovar Domínguez que, de acuerdo a los especialistas, es indispensable que en México se empiezan a definir estrategias orientadas a la conservación de la biodiversidad, especialmente en un contexto en que se autorizan proyectos que pueden tener grandes efectos negativos en términos medioambientales.

En este sentido, sostienen los investigadores que es necesario generar modelos de desarrollo que no se basen en privilegiar las fuentes fósiles contaminantes que, si bien han sido funcionales en otros momentos históricos, no lo son en la actualidad. Por eso, si bien es cierto que hay sectores de la población mexicana que dependen de actividades petroleras, a lo que se apunta es a ir generando estrategias que promuevan la transición energética para generar alternativas que, con el tiempo, lleven a que las personas que viven en zonas de explotación fósil no queden sin empleo y puedan desarrollarse de igual manera.

Fuente Comunicae

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