Las vacaciones decembrinas están en su apogeo, es una de las épocas más esperadas del año, se planea la decoración de la casa, algún destino turístico o visitar a familiares que viven en otra ciudad, la cena, los regalos. Sin embargo, todas estas acciones, aunque placenteras, aceleran el cambio climático.
Acciones tan cotidianas como cargar el celular o viajar en auto emiten una serie de gases que se acumulan en la atmósfera y sobrecalientan el planeta, aunque en realidad son las industrias y no las personas quienes tienen mayor responsabilidad en este sentido.
Este rastro se conoce como huella de carbono. Este indicador mide el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O), los hidrofluorocarburos (HFCs), los perfluororcarburos (PFCs), el hexafluoruro de azufre (SF6) y, sobre todo, el más abundante y que más ha contribuido al calentamiento global desde 1990: el dióxido de carbono (CO2).
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) apunta que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo récord en 2019 y que los niveles actuales de CO2 atmosférico son equiparables a los de hace más de tres millones de años, cuando el termómetro terrestre marcaba unos 3 °C más y el nivel del mar tenía niveles entre 10 y 20 metros más altos que en la actualidad.
Lamentablemente, la huella de carbono no ha parado de crecer —se ha multiplicado por 11 desde 1961— y ya supone el 60 por ciento del impacto total del hombre en el medio ambiente. No sólo la producen las empresas y los productos sino nosotros mismos.
Es necesario tomar conciencia de todo esto. Por ello, el periodo navideño es una buena oportunidad para cambiar sus hábitos y poner su grano de arena sin dejar de disfrutar las vacaciones.
Los árboles de Navidad, luces de colores, adornos, regalos y comida típica hacen de las celebraciones navideñas una época muy especial. Sin embargo, estas festividades tienen un alto impacto ambiental. Ante estas problemáticas, The Climate Reality Project América Latina reitera que estas festividades son la ocasión ideal para crear conciencia ambiental y motivar a las comunidades a mejorar los hábitos de consumo.
Los obsequios, rifas e intercambio de regalos son frecuentes en estas celebraciones y es uno de los principales problemas ambientales durante esta temporada. De acuerdo con el Estudio de Compras de Navidad 2021 realizado por Deloitte, 6 de cada 10 personas gastan más durante la época navideña.
La industria textil es la segunda que más contribuye a la contaminación del agua potable después de la agricultura, sin embargo 87 por ciento de los consumidores mexicanos planean gastar en ropa y accesorios durante este mes.
La generación de residuos también es un gran problema durante las fiestas decembrinas, comenzando por los desperdicios de comida de las cenas familiares. Cada año, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos, casi 1,300 millones de toneladas, no se consumen. Además, la basura generada por envolturas y empaques, vasos y cubiertos desechables, cuya vida útil es muy corta.
Por otro lado, la quema de pirotecnia, cohetes, luces de bengala y fogatas genera peores condiciones para la ya precaria calidad del aire en nuestras ciudades. Finalmente, en las celebraciones no pueden faltar los adornos, árboles navideños, esferas, estrellas y luces de colores, la buena noticia es que existen alternativas sustentables que no implican un daño ambiental como las luces LED que ayudan a ahorrar energía y son más ecológicas que las tradicionales, evita adquirir luces artificiales o adornos que requieran pilas o baterías.
Si va a adquirir adornos revisa que sean de buena calidad para que puedas reutilizarlos los años siguientes, una opción sustentable es elaborar tus propios adornos con materiales reciclados, puedes personalizarlos a tu gusto y al mismo tiempo cuidas al medio ambiente.
También se tienen casos de festivales que están apostando a la sustentabilidad y salirse de lo normal como es el Zen Experience Tulum, que impulsa acciones ecológicas con la fiesta y actividades personales en alimentos, yoga, entre otros.
De acuerdo a la vocería de este evento, los festivales en todos los rincones del país tienen que apostar a la ecología y dar muestra de su compromiso social con acciones de mitigación del impacto ambiental. En especial, en entidades como Quintana Roo, donde se padece de un gran crecimiento urbano, aunado a que las autoridades en muchas ocasiones no impulsan un adecuado manejo de los residuos urbanos.
CONSEJOS PARA UNAS FIESTAS DECEMBRINAS MÁS VERDES
Consuma responsablemente. Se trata de elegir mejor qué comprar, qué comer. Para ello, coma alimentos que sean de temporada y de origen orgánico. En cuanto a la decoración navideña, elija regalos ecológicos, use velas naturales, beba vinos orgánicos o cervezas artesanales, cocina todo desde cero, es decir, no compre alimentos precocinados que sólo requieran ser calentados.
Transportarse de manera sostenible. Use la bici, camine más (a veces las distancias son más cortas de lo que parecen), use el transporte público o comparta los traslados en automóvil. Si en estas fechas está pensando en cambiar, considere echarle un vistazo a los autos híbridos y eléctricos.
Reduzca su consumo de energía. Regule la calefacción o el aire acondicionado, si sale de vacaciones deje desconectados los electrodomésticos, reduce el uso de computadoras, televisiones y dispositivos móviles, y no olvide desconectar todos los enchufes cuando no los utilice.
Haga conciencia sobre su huella de carbono. Qué mejor manera de empezar las vacaciones que calculando su huella de carbono para integrar a su vida la conciencia ecológica. La ONU tiene esta calculadora, la cual tiene en cuenta aspectos de su hogar —tipo de vivienda, tamaño, eficiencia energética, etc.-, su modo de transporte habitual y su estilo de vida, como el consumo de carne y productos locales, o la gestión de los desperdicios alimentarios o desechos tecnológicos.
Disminuya la cantidad de residuos. Evite usar platos, vasos y cubiertos desechables, use bolsas hechas de materiales reciclables o de tela, reutilice botellas y tazas. Si todavía no separa sus desechos es buen momento para empezar.