La imposición de un arancel a la exportación del maíz blanco no contribuirá al control de precios, ya que la producción nacional es suficiente para satisfacer la demanda nacional. Además, la exportación del maíz blanco de México es mínima, por lo que restringirla no aumentaría la disponibilidad del producto, detalla el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
La medida fiscal entra en conflicto con las obligaciones que México tiene con sus socios comerciales del T-MEC, las cuales le impiden establecer restricciones a la comercialización de algún producto. Esto genera una percepción de falta de compromiso con los acuerdos comerciales y reduce la competitividad del país, se detalló.
Mediante un decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el 16 de enero de 2023 el gobierno de México ha modificado temporalmente el arancel aplicado a las exportaciones de maíz blanco harinero, argumentando la necesidad de garantizar abasto suficiente del producto en el país y estabilizar su precio.
Para el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la imposición de un arancel de exportación al maíz blanco harinero no contribuirá al objetivo de estabilizar el precio del producto, establecido en el decreto, y representa un riesgo para la competitividad del país.
El decreto impone un arancel a la exportación de 50 por ciento ad valorem, una medida efectiva inmediatamente y hasta el 30 de junio de 2023. Previo a la implementación de esta medida, el producto estaba exento de aranceles.
Por otro lado, la señal enviada al mercado por la implementación de una medida que restringe la exportación de un producto agrícola genera preocupaciones sobre la posibilidad de restricciones adicionales en otros productos de exportación. Esa incertidumbre reduce la competitividad del sector, al volverlo menos atractivo para inversiones potenciales.
La medida es incompatible con las obligaciones que México tiene con sus socios comerciales en materia de prohibiciones y restricciones a la exportación, y genera una percepción de falta de compromiso con las obligaciones en sus 14 Tratados de Libre Comercio.
Durante el ciclo agrícola de octubre de 2021 a septiembre de 2022, la oferta de este producto fue de 26 millones 355 mil toneladas, de las cuales el 89 por ciento provino de la producción nacional, 8 por ciento de inventario y 3 por ciento de importaciones. Esto quiere decir que 9.7 de cada 10 toneladas disponibles para ofrecer durante este periodo ya se encontraban disponibles en nuestro país, y la cantidad de importación fue mínima.
Por otro lado, la demanda del maíz grano blanco al interior del país fue de 24 millones 440 mil toneladas. De estas, 99 por ciento del producto fue demandado por nuestro país para fines de consumo humano, autoconsumo, consumo pecuario, semillas para siembra, incluyendo las mermas. Las exportaciones representaron apenas 1 por ciento de la demanda por el producto, equivalente a 236 mil toneladas.