Con un diagnóstico que establece que el 70 por ciento de los adultos mayores en el país tiene sobrepeso u obesidad, el 20 por ciento padece hipertensión y una proporción igual tiene colesterol y triglicéridos altos, la doctora Miriam Teresa López Teros, de la Universidad Iberoamericana (Ibero) de la Ciudad de México participó en el Seminario Prevenir es Vivir.
La experta presentó la plática “Come sanamente, vive más”, en la que señaló que más que la cantidad de años que a las personas nos gustaría vivir, es más importante poner el énfasis en cómo deberíamos vivirlos.
Refirió que de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a pesar de que la esperanza de vida en México es cada vez mayor, la presencia de enfermedades crónicas está muy presente.
El envejecimiento saludable, añadió, no quiere decir ausencia de enfermedades a los sesenta años, «pueden presentarse padecimientos crónicos controlados, no tener dependencia funcional, mostrar alta participación social, gozar de una buena función cognitiva y salud mental, y realizar con autonomía las actividades cotidianas».
La también investigadora del Instituto Nacional de Geriatría (INGER) indicó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el envejecimiento saludable consiste en preservar la funcionalidad, la salud física y mental, la cognición, las capacidades visual, auditiva y locomotriz.
Los factores clave para ello se clasifican en dos grupos: los modificables como la alimentación, el ejercicio físico, la salud mental y los aspectos sociales; y los no modificables, entre ellos la genética y la fisiología.
López Teros, médica familiar del Sistema Integral de Servicios Médicos a Padres del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Sonora (ISSSTESON), comentó que en esta etapa de la vida habrá disminución de fuerza, masa muscular, densidad mineral ósea o descalcificación; cambios a nivel digestivo, es decir, menor ingesta y mayor saciedad, cambios hormonales en el sistema nervioso central, y en la percepción sensorial habrá disminución en la agudeza visual, auditiva y del gusto, así como modificaciones en el metabolismo energético.
En el país, precisó, siete de cada diez adultos mayores tiene sobrepeso u obesidad; dos de cada diez padece hipertensión; uno de cada diez tiene diabetes tipo 2, y dos de cada diez posee colesterol y triglicéridos altos.
Derivado de lo anterior, la también jefa del Departamento de Epidemiología Clínica del INGER recomendó una ingesta calórica adecuada, de 30 a 35 kilocalorías por cada kilo de peso; respetar el número y el tiempo de comidas, así como una dieta baja en grasas saturadas.
En 2018, precisó López Teros, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) reportó que el 65 por ciento del segmento poblacional referido no cubría el requerimiento de proteínas, el 80 por ciento no consumía la cantidad de ácidos grasos polinsaturados, vitamina A, B12, D y calcio.