En México más de 7 millones de personas han dado positivo a Covid-19 desde que se declaró el primer caso, el 28 de febrero de 2020, a la fecha. Muchos de estos casos no tuvieron secuelas graves, sin embargo, nuevos estudios han revelado que más allá de las secuelas pulmonares, este coronavirus ha impactado de forma negativa a otros órganos, incluido, el cerebro.
De acuerdo con especialistas del Hospital Houston Methodist, existen pequeñas fugas de sangre en regiones cruciales del cerebro de pacientes infectados con Covid-19 que pueden acelerar el envejecimiento del cerebro y provocar afecciones neurodegenerativas irreversibles.
La revisión de la literatura existente sobre Covid-19 señaló que los estudios de imágenes cerebrales confirmaron la prevalencia de cambios vasculares microestructurales y la formación de lesiones por microhemorragia en regiones más profundas relacionadas con las funciones cognitivas y de memoria, ambos como resultado del virus. El envejecimiento es un determinante crítico en el inicio, la progresión y el resultado de la enfermedad por coronavirus en los adultos mayores.
“Las lesiones microhemorrágicas inducidas por Covid-19 pueden exacerbar el daño del ADN en las células cerebrales afectadas, lo que da como resultado la senescencia neuronal, el cual es un proceso que se inicia como respuesta al estrés y daño ocurrido en una célula y que provoca que ésta presente defectos en su capacidad de proliferación, así como la activación de los mecanismos de muerte celular, que en última instancia afectan la vasculatura de la microestructura cerebral”, explicó el Dr. Muralidhar L. Hegde, profesor de neurocirugía en el Hospital Houston Methodist y autor correspondiente del estudio que reveló estos datos.
“Estos fenómenos patológicos se asemejan a enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y Parkinson y es probable que agraven la demencia en etapa avanzada, así como los déficits cognitivos y motores”.
El estudio, que también señaló que el Covid-19 en el cerebro puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, concluyó que la pérdida de células neuronales en las áreas afectadas del cerebro puede atribuirse a una combinación de senescencia y ferroptosis, que es un tipo de muerte celular programada dependiente del hierro, junto con estrés oxidativo inducido por una inflamación aguda.
El estudio, “SARS-CoV-2 y el sistema nervioso central: conocimientos emergentes sobre las consecuencias neurológicas asociadas a la hemorragia y las consideraciones terapéuticas”, se publicó en línea en el Aging Research Reviews.
A nivel mundial, se tiene más de 6.5 millones de muertes y 615 millones de casos reportados de Covid-19. Estados Unidos ha sido responsable de más de 1 millón de muertes y casi 90 millones de esos casos.
La evidencia sugiere que los coronavirus son de naturaleza neuroinvasiva, aunque la mayor parte de la atención se ha centrado en el SARS-CoV-2 como virus respiratorio, también puede infectar el cerebro en vías multimodales. Los investigadores están estudiando los efectos de Covid-19 en varios aspectos del sistema nervioso central.
El estudio señala que se ha demostrado que el impacto de la enfermedad va mucho más allá del momento de la infección. Por ejemplo, entre el 20 % y el 30 % de los pacientes reportan “neblina mental”, que incluye pérdida de memoria, dificultades de concentración, olvidos, luchas verbales, procesos de pensamiento desorientados, entumecimiento emocional y tomar más tiempo del habitual para completar una tarea regular.
El equipo de investigación evaluó críticamente los posibles resultados neuropatológicos crónicos en el envejecimiento y las poblaciones comórbidas si no se implementa una intervención terapéutica oportuna.
Los investigadores señalan que existe evidencia significativa que sugiere que las cepas de coronavirus son de naturaleza neuroinvasiva y pueden estimular la activación de múltiples mecanismos patogénicos, lo que lleva a formas complejas de afecciones neurocognitivas y neurodegenerativas.
Por ejemplo, la anosmia aguda (pérdida aguda del olfato) es común en cualquier tipo de enfermedad en que las células del sistema nervioso central dejan de funcionar o mueren y en el caso específico de Covid, éste causa daño en las áreas del bulbo olfatorio y del cerebro anterior.
Además, el deterioro neurocognitivo se produce como resultado de microhemorragias, activación neuroinmune y tormentas de citoquinas, que son pequeñas proteínas cruciales para controlar el crecimiento y la actividad de otras células del sistema inmunitario y las células sanguíneas. Al no haber control en la activación de las citoquinas, las células neuronales se descontrolan y causan alteraciones que pueden llevar a un deterioro cognitivo como ocurre en pacientes con Alzheimer.
Los investigadores también notaron que una multitud de tensiones celulares impiden que las células infectadas por el virus realicen sus funciones biológicas normales, lo que hace que entren en “modo de hibernación” o incluso mueran por completo.
Los investigadores están solicitando más estudios mecánicos para determinar las implicaciones de las microhemorragias en los cerebros de los sobrevivientes de Covid-19 con el objetivo de elaborar mejores estrategias de opciones terapéuticas. Sin embargo, sugiere varias estrategias para mejorar algunos de estos resultados neuropsiquiátricos y neurodegenerativos a largo plazo.
“Una posible opción terapéutica puede incluir la implementación del régimen terapéutico de la “nanozima” en combinación con varios medicamentos aprobados por la FDA que pueden tener éxito en la lucha contra esta enfermedad catastrófica”, comentó el Dr. Joy Mitra, otro autor del estudio e instructor del Hospital Houston Methodist.
El documento también pide que se realicen cuidadosos seguimientos médicos y clínicos para diagnosticar síntomas tempranos de disfunciones neuropatológicas, neuropsiquiátricas y/o cardiovasculares para evitar que los pacientes desarrollen deficiencias motoras o cognitivas irreversibles y trastornos cardiovasculares.