Un paso que todo proceso de reclutamiento debe contemplar es la realización de un examen médico, tal como lo establece la Norma Oficial Mexicana NOM-030-STPS-2009. Pero si bien la batería de estudios varía según la industria y vacante a cubrir, existen cinco indispensables para determinar si hay alguna afección que impida al candidato desempeñar sus actividades de manera satisfactoria.
De acuerdo con María Guadalupe Ayala Vargas, gerente regional del área de Atención Empresarial de Laboratorio Médico del Chopo, estos estudios básicos son biometría hemática, examen general de orina, radiografía de tórax, radiografía de columna lumbar y química sanguínea de seis elementos (ácido úrico, colesterol, creatinina, glucosa, triglicéridos y urea). Y estos se complementan con un examen médico general.
Claro que hay sectores (como el automotriz) y puestos (por ejemplo, en las plantas de producción) que requieren de estudios de mediana o alta especialidad. En esos casos, explicó Ayala Vargas, la valoración previa llega a incluir electrocardiograma en reposo y/o dinámico, exámenes oftalmológicos y de audición, así como la espirometría, la cual contribuye al diagnóstico de ciertos tipos de trastornos pulmonares.
Aumentan su compromiso
Por otro lado, la gerente apuntó que, a raíz de la pandemia de COVID-19, las empresas se han interesado más por la salud de sus colaboradores, “pues es la base para el crecimiento, éxito y productividad de todo negocio”. Además, la elección de colaboradores con un óptimo nivel de salud favorece la disminución de los niveles de ausentismo y la rotación de personal.
En ese sentido, enfatizó que las compañías que ahora operan en modalidad home office no están exentas de realizar este proceso previo a cualquier incorporación. “Incluso, pueden aprovechar para construir un historial de salud de su fuerza de trabajo y, de esa manera, identificar las enfermedades que predominan en su nómina para tomar las medidas pertinentes. En nuestra experiencia, los padecimientos que detectamos con mayor frecuencia durante la fase de admisión son diabetes e hipertensión”.
Se trata de una inversión de tres o cuatro horas, dependiendo de los exámenes solicitados, que dará mayor tranquilidad al reclutador y a los candidatos para conseguir el nivel de productividad deseado. Por ello, aclaró que las pruebas de embarazo y de VIH no deben solicitarse ni influir en la decisión; de lo contrario, se considera discriminación.
Por último, Ayala Vargas llamó a que estos chequeos especializados no solo se limiten a la etapa de selección, sino que las empresas programen revisiones periódicas para cuidar y vigilar la salud de su personal.