En las últimas semanas se ha escuchado y leído con mayor interés el término Economía Circular. Un modelo económico restaurativo y regenerativo que desde el diseño conserva el valor de los recursos, productos y materiales el mayor tiempo posible para reducir la generación de residuos.
El objetivo de este nuevo modelo es eliminar la economía lineal -extracción, fabricación, utilización y eliminación- y pensar en reducir, reusar, reciclar y reemplazar, como las nuevas formas para preservar y mejorar el capital natural, tanto en sus ciclos técnicos como biológicos
Ante un panorama nacional y mundial de creciente concientización sobre el cuidado del medio ambiente, la industria del plástico se ha integrado a una Economía Circular para avanzar en la visión de una industria sustentable. De acuerdo con datos de la Fundación Ellen MacArthur, se estima que una Economía Circular del Plástico tiene el potencial para reducir en un 80% el volumen anual de plásticos que llegan a los océanos para el 2040.
Pero ¿qué se necesita para crear una Economía Circular del Plástico? Como parte de este nuevo modelo de economía, especialistas de la iniciativa Vida Circular apuntan que hay tres principios que se deben tener en cuenta:
- El diseño es un pilar fundamental para que, desde esta etapa de la concepción del producto, se pueda evitar la contaminación, desperdicio y eliminación de residuos.
- Mantener los productos y los materiales en uso todas las veces que sea posible. El objetivo es que los productos que a diario se consumen, se reutilicen y reciclen para que nunca se conviertan en basura.
- Regenerar sistemas naturales. De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se estima que si hoy no hacemos nada, en 25 años los niveles de agua por calentamiento global subirán tanto que habrá entre 50 y 200 millones de refugiados climáticos.
A partir de estos principios, en una economía circular del plástico, este material nunca se convierte en desperdicio o contaminación ya que todos los envases deberán estar diseñados para integrarse al sistema de reciclaje o algún sistema compostable, con el objetivo de que nunca se pierdan materiales, terminen en la basura o en ecosistemas naturales.
Desde Vida Circular, se hace un llamado a reforzar la participación de todos los actores involucrados en el ciclo de vida del plástico y contribuir a lograr una solución integral. Es decir, abordar todo el ciclo de vida del plástico, desde su diseño hasta el fin de su ciclo.
Por lo que es necesario que todos, desde empresas hasta consumidores, intervengan activamente en los ciclos de vida de los productos. Desde el sector privado que se encarga de la producción o uso de plásticos, los gobiernos con regulaciones e infraestructura para los residuos, hasta los consumidores finales y la disposición que hagan de los residuos.