La Bruja De Texcoco es un proyecto musical y de performance que nace al rechazar la tóxica masculinidad en la música mexicana, apropiándose de ella y que la lleva a desarrollarse en situaciones extravagantes, llenas de feminidad, con huipiles, máscaras y lentejuelas.

Un performance visual y sonoro que nunca pasa imperceptible. La brujita es Octavio y al mismo tiempo no lo es, porque desde su origen siempre supo que sus gustos eran diferentes, así como los instrumentos de cuerda que la llenaban, haciendo de cada cita con la música una fiesta que sencillamente es ajena a lo convencional. Y ésa individualidad es justamente la característica de su propuesta.

Con su ecléctico y muy laureado show performance, La Bruja de Texcoco se presentará el próximo Jueves 06 de Agosto a partir de las 20:30 horas con un show que no dejará impávido a nadie y en el que además contará con incitados especiales.

En su más reciente canción “Chéni”, que en purépecha (dialecto del occidente nacional) significa miedo, grabada durante el confinamiento por COVID-19, esta artista habla de la incertidumbre y el miedo que genera la autenticidad, pero también refleja su sentir en el encierro como artista independiente que financia su propio proyecto.

La cantante mexicana trans “La Bruja de Texcoco” mantiene viva la llama de la igualdad con este sencillo que habla sobre su propia experiencia hacia la femineidad y a la aceptación propia, convertida en una artista radar en Spotify y preparando un concierto que contará con artistas invitados en el arco de la iniciativa REMM (Reactivación del Entretenimiento y la Música en México).

Cuenta la leyenda que a Octavio Mendoza se le acercó un curandero durante una fiesta en Texcoco y le dijo “tú eres una mujer, eres una de mis brujas”, a lo que ella respondió “claro, mi magia es la música”.

En ése momento dio origen a un proyecto musical definido con sonidos diversos y mixtos, que combinan atmósferas novohispanas, prehispánicas y populares, que han ido abriéndose espacio en la escena musical independiente en la cual la estética y las cuidadas letras han dado un resignificado en la concepción de la femineidad.

Su apuesta sonora es un artilugio con diversos momentos emocionales entre la femineidad y el performance conjuntados con los cinco movimientos de una suite de aquelarre. Su primer disco fue bautizado así la femineidad de la magia de la tradición mexicana, ya que las brujas son las más conocidas, cuyas hechiceras que se convierten en aves y otros animales en la cosmogonía mexicana.

Cada acto en su set representa algo y nada está al zar. Así, por ejemplo, ella comienza con un repertorio michoacano basado en las maringuias de la zona purépecha de aquel estado que, con mascada en la cara; le gusta ir revelando el rostro poco a poco.

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