Durante el Congreso de Bioenergía, “El papel de la bioenergía en la descarbonización en México”, realizado en Guadalajara Jalisco, expertos coincidieron en la importancia del rol de los bioenergéticos como una alternativa viable para disminuir las emisiones contaminantes y transitar hacia energías más limpias y renovables, dando una oportunidad de desarrollo y crecimiento para el campo mexicano.
Luis Casillas García, coordinador de proyectos estratégicos de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco, en representación del Secretario Jorge Israel García Ochoa, señaló que en el estado, el 54% de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) corresponden a energía y transporte, por lo que en su ruta de descarbonización, el aprovechamiento de bioenergéticos es una oportunidad para la entidad por su gran generación agropecuaria, lo cual puede ayudar a transitar hacia fuentes de energía renovables y más sostenibles.
Galo Galeana, coordinador general de la asociación Biomovilidad.org, insistió en que las autoridades y la iniciativa privada en su conjunto, deben impulsar el uso de biocombustibles, como el etanol, en la transición energética como una opción más para diversificar la matriz energética y transitar de una forma inteligente hacia la descarbonización del sector transporte.
Destacó los beneficios medioambientales: “el bioetanol no tiene moléculas aromáticas, y tiene un contenido mínimo de azufre. Además el etanol mezclado al 10% en las gasolinas produce entre 3 y 5% menos CO2 que la gasolina convencional”, aseguró.
El Dr. Steffen Mueller de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC), explicó que el etanol que proviene del maíz o de la caña de azúcar y es mezclado en las gasolinas, reduce los Gases Efecto Invernadero (GEI) en todo el ciclo de vida del combustible.
De acuerdo con un estudio realizado por la UIC en 5 ciudades globales, incluida la Ciudad de México, lo anterior es particularmente relevante en México pues el etanol sustituiría al MTBE, que hoy se usa en el país como oxigenante, y que tiene un ciclo de vida alto en la emisión de GEI. Adicionalmente a la reducción de GEI, el etanol reduce las emisiones del escape de los autos y tiene efectos para reducir el cáncer, de acuerdo con estudios en marcha en los que participa el investigador Mueller.
Alberto Cruzado, presidente del Colegio de Ingenieros Ambientales de México,
A.C. (CINAM), explicó durante su intervención que la demanda mundial anual de biocombustibles crecerá un 28% hasta 2026, alcanzando los 186,000 millones de litros. Asia (India, Indonesia, Malasia) superará la producción europea para 2030, representando el 30% de la nueva producción. La India se convertirá en el tercer mercado mundial de demanda de etanol en 2026. Concluyó que bioetanol representa una oportunidad viable económicamente en los siguientes elementos principales: revolucionar la agroindustria de la caña de azúcar; lograr la reducción de emisiones del sector transporte de manera diversificada, paulatina y realista, considerando la tecnología actual en el país de 17 años de antigüedad de la flota vehicular que opera con gasolina; impulsar la autosuficiencia energética de la industria cañera, por medio de la cogeneración.
Durante la mesa de diálogo “La circularidad en el sector de la caña de azúcar,” la Maestra en Ciencias, Sara Saldarriaga, del Tec de Monterrey, planteó la posibilidad de tener una biorefinería en el país, ya que existen los rendimientos suficientes para abastecer la cadena de etanol. Recordó los casos de éxito en Brasil y Argentina en la producción de etanol de segunda generación a partir de la caña de azúcar y señaló que estos casos pueden ser un ejemplo para México: el aprovechamiento integral de la caña.
El Laboratorio de Sostenibilidad y Cambio Climático del Tec de Monterrey en Guadalajara, está evaluando esquemas de codigestión para los municipios de Jalisco que combinen los diferentes residuos como vinazas tequileras y otras biomasas generadas a partir de desechos orgánicos, para la generación de biogás a partir del impulso de sistemas de digestión anaerobia. “Con un sistema experimental estamos diseñando mezclas de diferentes residuos para entender cuál es el mejor para producir biogás para el estado”, dijo el Dr. Misael Gradilla, director del Laboratorio.
El Dr. Arturo Sánchez Carmona, que coordina el Laboratorio de Futuros en Bioenergía del Cinvestav Unidad Guadalajara, señaló que se cuenta con residuos agrícolas (materia prima) para producir a gran escala bioetanol de segunda generación, además de contar con la tecnología para su producción continua a escala piloto. El siguiente paso es probar a escala, pero sobre todo es necesario detonar el mercado, como ya lo han hecho más de 60 países en todo el mundo que utilizan diferentes mezclas de bioetanol en sus combustibles.