Durante la emergencia sanitaria por el COVID-19 se ha estado viviendo una tempestad perfecta en materia de libertad de expresión y de prensa, ante los retos regulatorios, económicos o de seguridad que encaran los países y que “de manera inédita los enfrentamos todos a la vez”, sostuvo Guilherme Canela, jefe de la Sección para la Libertad de Expresión y la Seguridad de los Periodistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) destacó que sin unión ni colaboración no será posible atender este enorme problema.
En nombre de las necesidades para mitigar la enfermedad, se ha coartado el derecho y el acceso a la información pública, lo que ha generado una ola de desinformación y una trágica ironía, debido a que en este momento es cuando más se requieren medios independientes y plurales.
Explicó que un asunto destacado es la viabilidad económica, ya que gran cantidad de periódicos y revistas está cerrando, lo que en un futuro puede resultar en un desierto mediático, además de que un número significativo de profesionales del ramo ha muerto o se ha infectado.
Otro factor es la precarización del trabajo por el crecimiento de despidos y la vulnerabilidad económica, así como el aplazamiento de cuestiones sobre inseguridad, pues si bien hasta hace algunos años el victimario principal era el Estado, ahora lo son los agentes relacionados con el crimen organizado, el tráfico de drogas, la minería ilegal, las violaciones a los derechos humanos o la corrupción política.
“Los desafíos son múltiples, complejos y tienen que ver con la seguridad física –asesinatos– y mental de ellos y sus familias; afectan en particular a mujeres y desde el plano jurídico, muchos periodistas están siendo demandados en cortes, con prisiones arbitrarias”, dijo.
El Plan de Acción de la Organización de las Naciones Unidas hace hincapié en que los Estados deben establecer políticas públicas coherentes, con componentes de prevención, protección y procuración de justicia.
Por su parte, el abogado Leopoldo Maldonado Gutiérrez, director de Artículo 19 México y Centroamérica, expresó que estas sinergias son prioritarias para atender una problemática apremiante, a la que se suman las crisis sanitaria y económica, complejizando aún más la situación en la región y en el mundo.
“Si bien estas amenazas no son nuevas para el gremio, se han recrudecido en este contexto, con la vulneración de derechos; la restricción a la información en escenarios convulsos; una mayor regulación del ámbito digital en el ejercicio de la libre expresión, y las acciones para descreditar la labor periodística”, indicó.
La agresión no tiene que ver sólo con el asesinato –que es la forma de censura más extrema– sino también con la intimidación, el bloqueo informativo y una nueva y preocupante tendencia en la zona: la estigmatización desde el discurso oficial y el poder público.
Por ello subrayó la vigencia y el sentido de este Encuentro para el análisis y la creación de estrategias conjuntas, que lleven a mayores exigencias frente a los grandes retos en la materia.