La emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19 está dejando estragos a su paso en la salud mental de la población. El aislamiento, la presencia del virus, el temor al contagio, la incertidumbre y crisis económicas son algunos de los factores que están ocasionando diversos trastornos psicológicos a nivel mundial, el principal de ellos: la depresión.
El Departamento de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que al menos 1 de cada 5 personas podría verse afectada por esta situación, y a medida que avanza la pandemia estos problemas no cesan; al contrario, el organismo prevé un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental con altos costos económicos y sociales.
Todo indica que la próxima pandemia será de depresión, uno de los trastornos que más afecta a los trabajadores y que ocasiona importantes pérdidas económicas para las empresas. De acuerdo con la OMS, la depresión cuesta a la economía mundial mil millones de dólares al año en pérdida de productividad.
Tanto organismos públicos como privados, e incluso instituciones académicas se han sumado a la lucha a favor de la salud mental, entre ellas la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que cuenta con un programa de atención mental para la población.
“Un entorno de trabajo adverso puede ocasionar problemas psicológicos de consideración, estos afectan la calidad de vida y el desempeño de los trabajadores. Por ello, las empresas deben contar con políticas laborales que contemplen la promoción y atención de la salud mental de todos los colaboradores, en especial en un contexto como el que vivimos hoy a causa de la pandemia”, afirma Andrea Rojas, Head de RRHH en Runa, empresa especializada Recursos Humanos (RRHH).
De acuerdo con Runa, los primeros síntomas de esta nueva pandemia por depresión son:
Ausentismo laboral
Desinterés generalizado
Problemas de comunicación con otros trabajadores
Incapacidad para cumplir con tareas sencillas
Incluso malestares físicos como cansancio excesivo o dolores de cabeza
Para ayudar a los colaboradores, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es importante que las empresas promuevan políticas de salud mental dirigidas hacia tres enfoques:
Proteger la salud mental reduciendo los factores de riesgo relacionados con el trabajo.
Promover la salud mental desarrollando los aspectos positivos del trabajo.
Solucionar los problemas de salud mental, con independencia de su causa.
“Promover la salud mental y fortalecer los ambientes saludables de trabajo para que estos trastornos sean vistos sin prejuicios y como una enfermedad que debe atenderse y que preocupa a las empresas, ayudará no sólo a mejorar el entorno laboral, sino también al crecimiento de la compañía”, señaló.
El punto de partida para crear un entorno laboral saludable es conocer cuál es el estado de la empresa a través de la percepción de todos, tanto trabajadores como directivos, así como las sugerencias que estos tengan para mejorar el entorno. Para prevenir esta realidad se deben establecer campañas de prevención para aminorar los efectos de la pandemia y cuanto antes empiecen será mucho mejor.