En los últimos años, el cambio climático y el uso insostenible de los recursos naturales han ocasionado pérdidas significativas de biodiversidad en todo el mundo. Según el “Informe de evaluación sobre la diversidad biológica y los servicios de ecosistemas” realizado en 2019 por la UNESCO, los principales factores mundiales que impulsan la pérdida de la diversidad biológica son el cambio climático, las especies invasoras, la sobreexplotación de los recursos naturales, contaminación y la urbanización. En el marco del Día Internacional de la biodiversidad biológica, celebrado cada 22 de mayo, The Climate Reality Project América Latina solicita a los países, empresas y organizaciones cumplir con los tratados internacionales para salvaguardar los ecosistemas y fortalecer sus medidas para la conservación de la naturaleza.
La biodiversidad es imprescindible para la vida en el planeta, debido a que proporciona estabilidad en los ecosistemas y provee recursos naturales como el oxígeno, mejora la calidad del aire, regula el clima, purifica el agua, provee suelos fértiles, plantas medicinales, así como el suministro de alimentos vitales para el desarrollo y funcionamiento de los ecosistemas. Sin embargo, las actividades humanas han alterado el medio ambiente terrestre en un 75% y 66% el ambiente marino, a causa de ello, un millón de especies y vegetales están en peligro de extinción, de acuerdo con la ONU. Aunado a esto, la pérdida de biodiversidad también está relacionada con las actividades extractivas como la minería, ganadería, agricultura, y caza, que ocasionan pérdidas ecosistémicas irreversibles.
En cuanto a la región, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Venezuela se encuentran en la lista de los países más megadiversos, se consideran así porque ocupan menos del 10% de la superficie del planeta, pero albergan el 70% de las especies reconocidas. A pesar de ello, la pérdida de biodiversidad en América Latina y el Caribe asciende al 94%, convirtiéndose en la región más perjudicada del mundo, según un informe realizado por WWF y la Sociedad Zoológica de Londres. Para conservar los ecosistemas es importante que los países y gobiernos destinen sus recursos en el financiamiento climático, de forma que garanticen la protección y conservación de los hábitats.
América Latina tiene grandes oportunidades para implementar de forma inmediata el cuidado de la biodiversidad y de los ecosistemas. Un ejemplo de ello, es el caso de éxito de Colombia, que ha implementado los Pagos por Servicios Ambientales (PSA), un modelo de incentivos que corresponden al 1% de los ingresos de los municipios, para la protección, cuidado y conservación de la naturaleza, es decir, le pagan a la comunidad por conservar la zona e implementar estrategias de protección y cuidado, mientras se adelanta la restitución de tierras y terrenos baldíos. Debido a esto, Claudia Buitrago, directora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, construyó en Cali, Colombia un plan PSA y tras el éxito obtenido, elaboró el plan para el municipio Jamundi; luego de la realización de talleres de socialización y entendimiento con la comunidad, se constituyó un plan que incluye 8 acuerdos colectivos con 99 familias, 800 hectáreas y más de 500 millones de inversión.
En la misma línea, existen tratados para disminuir la pérdida de biodiversidad como el acuerdo “30 x 30” que fue creado en 2020 por la Coalición de Gran Ambición cuyo objetivo es preservar el 30% de las tierras y 30% de los océanos del mundo para 2030. De cumplir con estas metas, se lograría detener la pérdida de biodiversidad, fortalecer la conservación de la naturaleza y al mismo tiempo, mitigar los efectos del cambio climático. De acuerdo con la organización Earth Share, el 30% de la conservación de la tierra y el agua nos permitirá mantener la biodiversidad crítica y la seguridad de los hábitats, protegiendo las especies animales y vegetales, así como los ecosistemas esenciales que sustentan la agricultura mundial.
Por otro lado, The Climate Reality Project América Latina hace un especial reconocimiento por la increíble labor medioambiental de Alessandra Korap; activista indígena de la Amazonía, ganadora del Premio Goldman de Medio Ambiente 2023, líder y vocera de Munduruku, una comunidad indígena conformada por alrededor de 14,000 personas defensoras del medio ambiente. Dicho Premio fue concedido por el gran compromiso y esfuerzo de Alessandra por detener la explotación de las tierras por parte de una empresa minera británica, que quería explorar las reservas de cobre en el territorio Sawré Muyby, una zona de 180,000 hectáreas de selva tropical que ha sido el hogar de la comunidad de Munduruku durante 4,000 años. Gracias a los esfuerzos de Alessandra, la empresa retiró las solicitudes del territorio y de otras tierras indígenas.
Todavía estamos a tiempo de tomar medidas que cuiden y protejan a los ecosistemas, en lo individual podemos separar los residuos orgánicos e inorgánicos, respetar la naturaleza, cuidar el agua, evitar las fogatas, comer conscientemente, utilizar la bicicleta, con pequeñas acciones podemos contrarrestar el daño ambiental que le ocasionamos al planeta. Todos somos parte de la solución.