Investigadores, productores y empresarios especialistas en la actividad agrícola, coincidieron en señalar que los alimentos que se producen en el campo para los casi 127 millones de mexicanos son seguros y saludables; que el uso del glifosato le ha permitido a los agricultores incrementar de manera sustentable su productividad, así como reducir los costos en sus procesos, y que a la fecha no existe en ninguna parte del mundo un producto que pueda sustituir a ese herbicida.
La Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos A.C. (UMFFAAC), y la organización Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología, A.C. (PROCCyT), se pronunciaron porque el actual debate que existe en torno al uso del glifosato, se realice con base en la ciencia, así como en la experiencia de quienes trabajan la tierra.
Francisco Ortiz Malcher, presidente de la UMFFAAC, expresó que en México y todo el mundo la producción de alimentos enfrenta grandes desafíos, por lo cual lamentó el discurso oficial por parte de algunas autoridades que confrontan y satanizan la actividad agrícola de vanguardia, haciendo prevalecer un enfoque ideológico y no las decisiones basadas en la ciencia.
“Hoy observamos con gran preocupación una tendencia creciente de divulgación de información parcial y sin rigor científico por parte de instancias de gobierno, que confunden a consumidores y opinión pública, generando un contexto de percepción negativa sobre el proceso de producción de alimentos que tanto esfuerzo nos lleva a todos los productores del campo”, señaló.
Por su parte, Valentín Alberto Esqueda Esquivel, Investigador del Campo Experimental Cotaxtla, Veracruz (INIFAP), destacó la importancia del uso de los herbicidas en la protección de las siembras, pues dejó claro que en el campo no es posible dejar a las malezas convivir con los cultivos. “De todas-todas, el cultivo lleva las de perder”, afirmó.
Refirió que como lo demuestran algunas mediciones, incluso las malezas pueden hacer que se pierda la totalidad de cosechas de arroz y maíz, por ejemplo, y explicó que el glifosato es un herbicida no residual; es decir, no deja residuos sobre la tierra una vez que descompone la maleza, y pueden surgir nuevas plántulas.
Además, destacó que el costo para la producción cuando se usa glifosato se reduce, pues mientras la aplicación del herbicida en dos hectáreas cuesta 492 pesos aplicar la rastra y cruza para la siembra equivale en la misma superficie a 907 pesos.
En su turno el Dr. Enrique Rosales Robles, Investigador en Manejo de Malezas, recordó que para que el glifosato llegue a usarse a nivel comercial, pasan casi 10 años de trabajos de efectividad y registro, considerando las cuestiones toxicológicas y ambientales.
El experto afirmó que el glifosato es el herbicida más importante en México al utilizarse en 45 por ciento del mercado nacional, pero recordó que desde hace prácticamente un año se prohibió su importación. En nuestro país, indicó, ese producto se utiliza en la protección de cultivos como el maíz, cítricos, praderas, sorgo, algodón, caña y café, entre otros.