Norberto Maldonado, experto en tecnología y fundador de la organización Kooltivo, advierte sobre la creciente amenaza de la contaminación digital y la importancia de tomar medidas para frenarla. Maldonado destaca que el uso generalizado de la tecnología ha llevado a una inconsciencia colectiva sobre su impacto en el medio ambiente y la magnitud de la contaminación generada.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) designa el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente para difundir la importancia de proteger y preservar nuestro entorno. En este sentido, el experto enfatiza en la necesidad de adquirir conocimientos y adoptar una conducta responsable en relación con la contaminación digital, tanto a nivel individual como institucional y empresarial.
“Debemos ser conscientes que el uso de la tecnología digital conlleva la emisión de gases de efecto invernadero. La infraestructura detrás de Internet, como: cables, centros de datos y servidores, consume grandes cantidades de energía.
Cada vez que usamos dispositivos conectados a la red, como teléfonos, computadoras o videojuegos, se utiliza dicha infraestructura, lo que requiere electricidad para almacenar y transmitir información”, recuerda Norberto Maldonado.
Cada foto, vídeo o mensaje que compartimos en las redes sociales; cada archivo que almacenamos en la nube contribuye a la contaminación digital y aunque este tipo de contaminación parecer invisible y silenciosa, su impacto es visible y real.
La transformación digital, aunque conlleva beneficios, también tiene un impacto en el medio ambiente que debemos minimizar. Actualmente, existe un consenso sobre la transformación digital como una vía fundamental hacia una economía y una sociedad más sostenibles. Según el Foro Económico Mundial, la digitalización puede contribuir a descarbonizar el planeta, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono hasta un 35 % en la próxima década.
La contaminación digital es un problema creciente, en gran medida debido al consumo de electricidad por parte del sector de tecnologías de la información (TI), que representa aproximadamente el 7 % del consumo mundial. Según la Unión Europea, se espera que este porcentaje aumente al 13 % en 2030.
Según el Informe de Salud de Internet de Mozilla, se proyecta que esta cifra sea equivalente a las emisiones del cuarto país más contaminante del planeta, superando incluso a la industria de la aviación. Por eso es fundamental abordar la necesidad de la sostenibilidad digital, añade Norberto Maldonado.
La contaminación digital se refiere a las emisiones de carbono generadas por nuestra actividad digital, desde el consumo de los centros de datos hasta las redes de transmisión y los dispositivos que utilizamos diariamente. Según un estudio de Website Carbon, se estima que el consumo mundial de Internet asciende a 416,2 TWh anuales, lo que supera el consumo eléctrico de todo el Reino Unido.
Cada una de las acciones que realizamos en Internet tiene una huella de carbono específica. Por ejemplo: una búsqueda en la red genera entre 0,2 y 1,45 gramos de dióxido de carbono, cada visita a un sitio web emite 1,76 gramos de CO2, lo que se traduce en 211 kilogramos de CO2 al año para un sitio con un promedio de 10.000 visitas mensuales, mientras que ver 30 minutos de video emite aproximadamente 3 gramos de CO2 y la transmisión de un programa de una hora en streaming emite entre 56 y 114 gramos de CO2.
Las empresas de tecnología deben tener en cuenta el proceso de fabricación y transporte internacional del hardware de Internet. Los fabricantes desempeñan un papel crucial en el desarrollo de tecnología ética, social y medioambientalmente responsable, que sea reparable y tenga una vida útil más larga.
Norberto Maldonado, experto en tecnología y fundador de la organización Kooltivo, ofrece tres recomendaciones prácticas para ser parte de la solución:
Ser conscientes del impacto ambiental: Es fundamental que los usuarios de la tecnología sean conscientes del impacto ambiental que tiene su actividad digital. Cada búsqueda, correo electrónico, video o documento compartido en línea tiene una huella de carbono. Al ser conscientes de ello, podemos tomar decisiones informadas y reducir nuestro impacto ambiental al utilizar la tecnología de manera más responsable.
Optimizar el uso de dispositivos y servicios digitales: Podemos reducir la contaminación digital optimizando el uso de nuestros dispositivos y servicios digitales. Esto incluye apagar los dispositivos cuando no los estamos utilizando, recurrir a programas de eficiencia energética, limitar la transmisión y descarga de contenido innecesario, y preferir servicios en la nube que utilicen fuentes de energía renovable.
Apoyar la sostenibilidad digital: Como consumidores, podemos apoyar a las empresas y organizaciones que se comprometen con la sostenibilidad digital. Esto implica elegir productos electrónicos que sean energéticamente eficientes, reparables y fabricados de manera responsable. También podemos exigir a las empresas de tecnología que adopten prácticas sostenibles y transparentes en cuanto a su consumo de energía y emisiones de carbono.