Justo cuando en este año se cumplen 78 años de que el infame campo de concentración austríaco de Mauthausen fue liberado por la fuerza expedicionaria de Estados Unidos el 5 de Mayo de 1945, la Editorial Trilce sorprende al mundo con la edición de un libro que recoge las vívidas memorias de un superviviente afincado en México, que deja un testimonio y un legado digno de ser perpetuado, en aras de que esta historia no vuelva a repetirse.
Se trata de la autobiografía de Luis Stillmann -nacido como Lajos Stillmann- quien, en la Nochevieja de 1943, al cumplir 22 años, fue a visitar a una adivina que le leyó la palma de la mano y le dejó una aterradora premonición que da un título desgarrador a esta obra: “No vivirás para tu próximo cumpleaños”.
En la siguiente Nochevieja de 1944, el régimen nazi títere de Hungría ha entregado a Stillmann y otros judíos a los alemanes. Lo ponen a trabajar como esclavo, cavando trincheras y trampas para tanques a lo largo de la frontera con Austria.
Un joven soldado de una unidad del S.S. acusa a alguien del equipo de trabajo de Stillmann de robar un par de guantes. Ordena a los trabajadores que se alineen en filas y amenaza con matar al décimo hombre en cada fila si los guantes no aparecen. El autor echa una mirada de reojo por su fila y cuenta. Él es el décimo hombre.
El soldado saca su pistola, se vuelve hacia Stillmann y le pregunta si tiene los guantes. En ese momento, llega un oficial alemán y ordena al soldado que enfunda su arma y avance. Stillmann se salva por poco. Un pensamiento pasa por su mente: “No debería ser tan despectivo con los adivinos”.
En el libro se relata como Stillmann ha debido reconsiderar la vida para trabajar en el campo de concentración de Mauthausen, afincado en Austria, para fungir como intérprete mientras niega su identidad para salvar su vida, al tiempo que va en su ágil narrativa, relatando como fue que el campo llegó a ser liberado, su recuperación después de pesar 38 kilos estando al punto de la muerte y como, gracias a su tenacidad y su voluntad, puedo emprender un camino que lo llevó finalmente a México donde se asentó con su esposa y su familia, hasta llegar al punto en que en plena pandemia por el COVID decidió por fin contar al mundo su experiencia, mientras una crisis sanitaria diezmaba a la población en una tragedia más que él mismo ha debido de soportar.
“No vivirás para tu próximo cumpleaños” es un libro que relata en primera persona la osadía de vivir del protagonista, que a cada omento enfrentaba estoicamente el peligro de morir. En su relato y ya como prisionero de las fuerzas de ocupación nazis, se ve obligado a marchar nuevamente, esta vez hacia un subcampo llamado Gunskirchen.
En el camino, por la noche, un oficial del S.S. lo detiene a punta de pistola. “Aquí vamos de nuevo”, se dice Stillmann. “Eres judío”, dice el oficial. “No soy judío, soy portugués”, responde Stillmann.
Acto seguido presenta un pasaporte falsificado obtenido el verano anterior gracias a un pariente familiar que trabajaba en la embajada de Lisboa en Budapest. “Jura que Alemania está ganando la guerra y te dejaré ir”, dice el oficial. “Alemania ya ganó la guerra”, responde. Para entonces, el 70 por ciento de los judíos de Hungría ya han perecido en el Holocausto. El oficial guarda su arma y el deja vivir.
El viernes 4 de mayo de 1945, el campamento es liberado por elementos de la 71 División y el 761 Batallón de Tanques afroamericanos. Se ha salvado por poco. Otra vez.
Stillmann narra como fue que, con una herida infectada en una pierna, pesa 38 kilos y como se recupera y sirve al tiempo como intérprete para los estadounidenses. Una noche, tiene un sueño en el que ve a su padre enterrar reliquias familiares debajo de un árbol lila en el jardín.
Por la mañana, lleva una pala al lugar con el que soñó y encuentra las reliquias. Vuelve a su casa, pero las tropas rusas están acuarteladas allí. Se infiltra, a través de la frontera hacia Austria, pasando entre los campamentos de personas desplazadas mientras busca un país que pueda aceptarlo. Es la posguerra que aniquila sueños y esperanzas de los sobrevivientes que lo han perdido todo.
El libro autobiográfico termina en México, un país que lo recibe con los brazos abiertos. Lajos pasa a ser Luis. Es en este país en el que conoce a Buba Weiz, también sobreviviente húngara, que conoció en Auschwitz al mismo Mengele y con quien comparte una historia afín de privaciones, esclavitud e infamia en los campos de la muerte. Stillmann aprovecha su manejo de varios idiomas para representar a compañías farmacéuticas inglesas y norteamericanas. Es también líder comunitario y hoy, un empecinado en dejar un legado escrito que da cuenta de una de las mayores atrocidades de Siglo XX para que las nuevas generaciones tengan claro un pasado que no puede repetirse de nuevo.