La alimentación es uno de los temas que han cambiado con el tiempo, la industrialización y la apertura económica y comercial de los países.
En temas de desarrollo económico, por ejemplo, se ha demostrado que la alimentación de los habitantes de países desarrollados se basa en una mayor variedad de fuentes de energía, además de un alto consumo de alimentos de origen animal y menor consumo de cereales y vegetales.
De acuerdo con datos del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM, el patrón alimentario; es decir, el apego a los productos que componen una alimentación está determinado por factores sociales, económicos, geográficos y culturales.
Esto, por ejemplo, ha determinado la forma en que los mexicanos se alimentan, que ha dependido de factores que determinan la elección de ciertos ingredientes a lo largo del tiempo como la disponibilidad de estos, actitudes y valores sociales que se les brindan, además de la capacidad de adquirirlos y la disponibilidad de ellos.
En este sentido, de acuerdo con el PUIS, la alimentación de la población en México se basa en grupos de granos y tubérculos, leguminosas y verduras, entre los que destaca el maíz, el frijol, chile, jitomate, cebolla, además de hierbas y condimentos.
De acuerdo con Mariana González Valdiviezo, licenciada en nutriología y ciencia de los alimentos de la Plataforma Doctoralia, la dieta de una persona saludable debe cumplir el objetivo de cubrir las necesidades de energía y brindar los nutrientes esenciales para mantener al cuerpo saludable.
“La alimentación debe ser suficiente en cantidad y variada en composición, por ello, a menudo se habla de equilibrio nutricional; generalmente la energía aportada por los macronutrientes debe ser: hidratos de carbono: el 55-60 % del total, aunque aportes superiores son perfectamente compatibles con una dieta saludable; lípidos: como máximo, entre el 25 y el 30 % del total y proteínas: un máximo de 12-15 %.”, señaló la especialista.
Además, precisó, que la llamada Dieta de la Milpa, que tiene como base el maíz, frijol y los vegetales es una alimentación saludable y socioculturalmente apropiada en el país, pues está basada en la producción de alimentos locales y en la diversidad regional.
La especialista agregó que tiene como beneficios el balance de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales y promueve el comercio local, consumiendo las frutas y vegetales de la región.
Beneficios de la Dieta de la Milpa
Se considera una alimentación completa, suficiente y amigable para el planeta porque, además de aprovechar los alimentos que se producen en la región, cumple con el requerimiento de nutrientes para tener un cuerpo saludable.
Balance proteico: Alimentos como las leguminosas, cereales integrales, semillas y algunas verduras son excelentes fuentes de proteínas de origen vegetal, cubriendo las necesidades individuales de la población, en cualquier etapa de la vida.
Los vegetales que promueve la “Dieta de la Milpa” aportan fibra soluble e insoluble, que inhibe la absorción de colesterol LDL o colesterol “malo”, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los alimentos vegetales nos proporcionan un mayor aporte de vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra dietética y agua.
Este modelo de alimentación tiene un aporte mucho menor de grasas saturadas, y mayor de grasas vegetales o saludables.
Posee un efecto antitóxico, favoreciendo la eliminación de toxinas a través de su aporte de sustancias que favorecen la menor oxidación celular y la optimización en la eliminación de sustancias dañinas para el cuerpo.