La industria de plásticos en Querétaro y el país tiene el reto de controlar el uso de plásticos de un solo uso, como de un reciclado adecuado de los insumos de este material que son insustituibles, como sucede en el sector salud.
La Dra. María Neftali Rojas, investigadora del Laboratorio de Ingeniería Ambiental de la UNAM, indicó que los plásticos son parte indispensable de la sociedad actual, por ello, deben ser tratados conforme a diversos esquemas de uso y revisar sus adecuados procesos de degradación.
Aceptó que existen dos grandes aspectos que están afectando el destino adecuado de los plásticos; en principio es el Cambio Climático que impacta en una degradación adecuada de los plásticos en los vertederos al aire libre.
“El segundo y más grave, es la existencia de marcas comerciales que engañan y sus bolsas plásticas no son compostables, pues al analizarlas en laboratorio se verifica que siguen utilizando plásticos normales que tardan más de 200 años en degradarse”.
Alabó el trabajo de entidades como Ciudad de México, Aguascalientes y Querétaro que son pioneros en control de plásticos de un solo uso. “El plástico con hidrocarburos ha sido prohibido en algunas entidades. Sin embargo, se requieren de nuevas soluciones para detener la proliferación de estos insumos”.
Indicó que los aditivos plásticos de hidrocarburos son un elemento a ser sustituido en las nuevas biobolsas que son compostables. Algunas son hechas con diversos elementos biológicos como es el maíz, arroz, papa, trigo, bacterias, desechos de naranja, nopal, agave. También se analiza un futuro proyecto con larvas.
Ejemplificó que la UNAM colabora con la marca BioElements para perfeccionar la fórmula de biobolsas, lo cual le permitió tener una certificación única de la calidad del material.
La investigadora destacó el producto resina BioE, que permite la creación de empaques, películas y bolsas biodegradables, los cuales se descomponen de 3 a 20 meses, en contraste con los plásticos convencionales que pueden persistir durante siglos.
Dicho insumo permitió reemplazar más de 7,000 toneladas de plástico convencional en el año pasado, y sus proyecciones para fines de 2023 se estima que sean 1,000 toneladas mensuales. Esto equivale a una disminución de aproximadamente el 60 por ciento en la emisión de gases de efecto invernadero.
La investigadora de la UNAM señala que se han buscado alternativas ecológicas al plástico de un solo uso como las resinas BioE que, a través de años de investigación, desarrollo y certificaciones rigurosas, han logrado formulaciones que han impulsado la creación de empaques, películas y bolsas biodegradables.
Este material, por ejemplo, ha demostrado ser una alternativa sostenible que reduce drásticamente el tiempo de biodegradación, de 3 a 20 meses, en comparación con los hasta 400 años que tarda el plástico.
Rojas Valencia, quien dirige los trabajos de investigación en esta línea, explica que la preocupación por los plásticos aumenta, porque no sólo se trata de macroplásticos flotando en el mar, sino que hoy se tiene consciencia de los microplásticos que muchas veces no vemos, pero que son dañinos para el agua, el aire y la tierra.
“Debido a la contaminación tan grande que han ocasionado los plásticos, la mayoría de países a nivel mundial han prohibido el uso de plásticos hechos con hidrocarburos para ciertas actividades, en México”, indica.
El Clúster de Plásticos de Querétaro señala que este sector en el rubro industrial en la entidad prevé un crecimiento de su producción entre el 10% y un 15% para este 2023.
Para el organismo industrial de Querétaro, el nearshoring llegará una fuerte demanda de producción y que las empresas en Querétaro deben de estar preparadas para hacerles frente; por ello, se debe consolidar al rubro de plástico industrial
Los bolsos de bioplástico representan un avance significativo en el sector del Food & Beverage y Food Services, al ofrecer soluciones ecológicas y altamente funcionales que contribuyen a la preservación del medio ambiente.
Indicó que existen diversas normas para determinar que es o no una bolsa compostable. Todos los procesos se enfocan que bolsa sea compostable y quizá sea un poco exagerado el tener tantas normas legislativas en materia de plásticos.
Dicha empresa tiene presencia en México, Chile, Argentina, Perú, Colombia, Brasil, Estados Unidos, para consolidar la innovación en bioplásticos. También se tiene el objetivo lanzar un programa basado en Inteligencia Artificial en 2025, con el propósito de mejorar las formulaciones, optimizar los procesos y reducir los tiempos y costos.
En colaboración con el Laboratorio de Ingeniería Ambiental de la UNAM, la empresa BioElements ha desarrollado fórmulas para obtener plásticos biodegradables o compostables usando resinas naturales. ¿Cómo los consigue y certifica la UNAM? la doctora María Neftalí Rojas Valencia, líder del proyecto, lo explica.
En busca de soluciones para todas esas sanciones y restricciones que se han dado a nivel mundial se está apostando por las bolsas biodegradables y compostables, en este ecosistema vamos a encontrar una diversidad de nombres que a veces nos confunden, esto se debe a que no todas se degradan igual, detalla Rojas Valencia.
La especialista explica que algunas lo hacen por fotodegradación, habitualmente una combinación de oxidación e hidrólisis por la alteración de materiales por efecto de la luz, otras que se degradan por temperaturas altas o bajas, y otras que son por oxobiodegradación, un proceso de descomposición química de la materia en el cual ocurren oxidación y biodegradación simultánea o sucesivamente. Una característica de la materia oxobiodegradable es que puede descomponerse en cualquier ambiente siempre y cuando haya oxígeno incluso en la ausencia de agua.
También podemos usar un químico para que se biodegrade o un tratamiento biológico o mecánico-biológico, es decir, que requieres triturarlo y luego darle un tratamiento biológico, como una planta o animal, se usa gorgojo, lombrices, peces, larvas, entre otros.
La diferencia entre biodegradable y compostable es que la primera requiere de un aditivo, donde para promover la degradación se usa de 0.5 a 1% de ellos, en los compostables hablamos de aditivos más resinas, que prácticamente se trata de un almidón, de maíz, papa, trigo, arroz; o a través de celulosa de madera, algodón, o cereales; bacterias, desechos orgánicos y otros como agave de nopal, algas, proteínas, etcétera.