Jesús Juárez Rosales, mejor conocido por la afición de la lucha libre mexicana como KeMonito ha denunciado esta semana al CMLL y a su tutelar Salvador Lutteroth Lomelí por el delito de fraude en grado de autoría, por el despojo de su personaje del que ha sido víctima y que había encumbrado en ésa empresa desde el año 2002, cuando al separarse de Tinieblas decidió arroparse con un personaje que se ha vuelto entrañable entre la afición mexicana.
Tras darse a conocer a un KeMonito impostor en la función del domingo 24 de Septiembre, Jesús Juárez ha decidido denunciar a la otrora seria y estable por un fraude millonario en su perjuicio y lo que resulte, resaltando además los malos tratos internos que ha recibido dentro de la empresa para la que aún trabaja, además de incumplimiento de múltiples pagos que siguen pendientes y por si fuera poco, ser sometido a humillaciones, vejaciones, maltrato laboral y discriminación por su condición de enanismo.
La importancia de este personaje denominado KeMonito radica justamente en haberse convertido en un ícono para la lucha libre profesional mexicana. Antes de utilizar este personaje, Juárez Rosales fue Alushe, mánager del luchador Tinieblas y también fue conocido como Duende Maya y El Centavito. Fuera de la lucha libre, ha participado en algunos programas de televisión como Las Aventuras de Capulina, Incógnito y también ha colaborado con compresas como Grupo Bimbo y Netflix.
Tras ser llamado por Francisco Alonso Lutteroth, al inicio le propusieron ser la mascota del CMLL y tras confeccionar el traje, debutó el 20 de Noviembre del 2002. Ganó popularidad y empezó a participar en funciones regulares, especiales y de campeonato, así como en presentaciones fuera del CMLL. Por ese tiempo se creó un grupo llamado «La Universidad de los Guapos» en el que participó mayormente con Shocker y ya para entonces promotores de otros estados pedían presentaciones del personaje. Se le dio el nombre «Kemonito» por el comentarista Alfonso Morales.
Posteriormente, se le ofrecieron oportunidades en eventos de diferentes marcas y medios de comunicación. Sin embargo, antes de la pandemia de Covid-19, tuvo lesiones importantes. Consideró retirarse y lo planteó al actual dirigente del CMLL, Salvador Lutteroth Lomeli, y a su hija Gala y en su momento le recomendaron esperar un poco de tiempo para ello. La pandemia sin embargo detuvo sus ingresos y solo pudo vender souvenirs de Kemonito en redes sociales.
Al reabrir actividades, notó una reducción en su salario y se le restringieron ciertas actividades y funciones. Le pidieron firmar un contrato para continuar trabajando, pero se negó hasta que le pagaran un adeudo pendiente con Grupo Bimbo. Tras varias presiones, aceptó retirarse, pero se le impuso un acuerdo de confidencialidad y de retiro voluntario debido a que él había comentado que se iba a retirar en breve, algo que el CMLL alegó no autorizar, pues le comentaron que el personaje era de ellos, no de él. También se le pidió no mencionar su identidad como Kemonito y bajo ese esquema no iba a poder anunciar ningún retiro.
Después de una ausencia por motivos de salud que él justificó con la gente de programación, se le insistió en firmar un contrato, pero los abogados del CMLL rechazaron su propuesta y cada vez con mayor ahínco se le presionaba de diversas formas para aceptar su dimisión sin pelear sueldos y pagos pendientes, además que otros ex compañeros que trabajan en otras áreas del CMLL, como Ultimo Dragoncito y Terror se sumaron también al acoso y a las presiones en su contra. Se retiró de las negociaciones sin haber visto el presunto nuevo contrato del que solo le han comentado que se haría una propuesta mínima y no lo que Jesús Juárez solicitaba por derecho. De este modo la indefensión y el abuso de poder por parte del CMLL sigue manifestándose en contra de otro de sus elementos.
Jesús Juárez Rosales tiene todo el derecho a retirarse debido a lesiones y otros motivos personales, sin embargo el CMLL no se lo permitió pues siguen deseando explotar al personaje. A pesar de manifestar su intención, le niegan injustamente esta posibilidad, alegando que el personaje Kemonito pertenece exclusivamente al CMLL y que no tiene derecho a retirarse por cuenta propia. Además, el intento reiterado de seguirlo presionando para firmar un nuevo contrato con condiciones menos favorables y que no reflejaban adecuadamente su larga trayectoria en la lucha libre es un abuso mayor y un fraude.
El caso de Kemonito destaca los desafíos y las tensiones en el mundo de la lucha libre mexicana, donde la propiedad de los personajes y la relación laboral entre los luchadores y las organizaciones a veces pueden dar lugar a disputas legales complejas. Jesús Juárez Rosales ha dado un paso valiente al hacer pública su denuncia y su caso seguramente seguirá siendo objeto de atención en la comunidad de la lucha libre en México y un precedente para casos semejantes.