Montserrat Benítez, líder de Sostenibilidad para Latinoamérica norte de Syngenta, en entrevista con este reportero, detalló que el programa “Operación Polinizador” se implementó desde hace 15 años y tiene presencia en 48 países, con impacto en 8 millones de hectáreas de cultivo, que se han vuelto islas de descanso y alimento para diversas especies de biodiversidad polinizadora.
Aves, mariposas, abejas, insectos, murciélagos, etc., son algunos ejemplos de las especies que cuentan con estos comedores comunitarios que les brinda la posibilidad de alimentarse y realizar su función tan esencial para el ser humano, el expandir las semillas y polen de los productos vegetales del campo.
En México, este programa tiene presencia de dos años, en Jalisco, Puebla y su frontera con Tlaxcala, con la expectativa de crecer en predios impactados, para posteriormente ampliar su zona de influenza en el noroeste nacional en 2021 en los estados de Sinaloa (en cultivos de tomates), Michoacán (en cultivos de aguacates) y Durango, aunado a crecer en 2022 para los estados de Querétaro, Guanajuato y el Estado de México.
Resaltó que los primero beneficios que se han apreciado en los estados donde el programa ya funciona es tener berries más sólidas y con buena imagen –Jalisco-, y en Puebla los polinizadores han limpiado de plagas a los cultivos de maíz.
Declaró que se les pide a los campesinos que destinen un 5 por ciento de sus tierras de cosecha para sembrar diversas especies de girasoles, albaca, lavanda y otras especies de flores que brindan alimento a los polinizadores.
«Estamos convencidos de impulsar una agricultura sostenible. Operación Polinizador está diseñado para grandes y pequeños productores en diferentes cultivos y regiones de México», dijo.
Se informó que Operación Polinizador consiste en la investigación de tipos de clima, terreno y cultivos; con esos datos, se elige una serie de flores y plantas que provean alimento y refugio para polinizadores, en campos donde se usa tecnología de protección de cultivos, demostrando que la coexistencia entre ambas es posible.
“No olvidemos que un 75 por ciento de los campos de cultivo del planeta se benefician con la presencia de los polinizadores y de ese tamaño es la importancia que tiene la biodiversidad. Es una lucha enorme que permita la coexistencia de la agricultura con la naturaleza”, explicó.
Aceptó que es muy complejo que los campesinos modifiquen su forma de trabajo en los campos agrícolas, y se les invita a conocer más sobre los insectos que visitan sus milpas, se les hacen llegar manuales de información, se realizan pláticas, etc., para mostrarles que especies son benéficas para polinizar como para depredar de forma natural a las plagas.
La pandemia del COVID-19 provocó que el comienzo de este programa se atrasara dos meses, pero se aplicó en este mismo 2020, pues el campo opera con tiempos muy establecidos y así se trabajará para el 2021.
La polinización gestionada adecuadamente colabora con el aumento del rendimiento agrícola hasta 24 por ciento. A través de profundas investigaciones, se determinó que, con una serie de plantas atractivas para las especies locales, se mejora la alimentación y reproducción de polinizadores. A partir de esos datos, se crean bordos de biodiversidad que sirven como fuente de alimento y hábitat a polinizadores.
A nivel internacional, destacó que Chile en casi 5 años de implementar este tipo de programas en más de 3 mil hectáreas le permite contar con certificaciones internacionales de productos orgánicos, libres de plagas y de conservación de la biodiversidad. Los primeros países que establecieron este programa fueron Estados Unidos, España, Portugal, Canadá, Inglaterra y el propio Chile.