Las empresas mexicanas se encuentran en una encrucijada para mantener su competitividad en el mercado internacional. Sin embargo, el auge del nearshoring, un concepto que ha cobrado relevancia en los últimos años, representa una oportunidad única para el país.
El nearshoring se refiere a la estrategia empresarial de trasladar procesos de producción, servicios y desarrollo de productos a países cercanos geográficamente, en lugar de optar por ubicaciones más lejanas, como las que representan el offshoring. En el caso de México, el nearshoring implica que las empresas extranjeras establezcan operaciones en el país para aprovechar su proximidad a mercados clave como Estados Unidos.
Luis Felipe Treviño, presidente de la firma de inversión privada Beamonte Investments, asegura que el nearshoring puede ser muy benéfico para México por varias razones. En primer lugar, la proximidad geográfica con el país vecino del norte, uno de los mayores mercados de consumo del mundo, la reducción en los costos de transporte y tiempos de entrega, lo que resulta en una mayor eficiencia en la cadena de suministro.
Además, México cuenta con una fuerza laboral altamente calificada en diversos sectores, incluyendo la manufactura, la tecnología y los servicios. Esto la convierte en un destino atractivo para empresas que buscan talento de calidad. Asimismo, posee un mercado interno en crecimiento, lo que brinda oportunidades para las empresas que quieren expandirse localmente.
Treviño añade que los tratados comerciales, así como la estabilidad política y económica de México en la región brinda confianza a los inversionistas extranjeros, de hecho, la Secretaría de Hacienda estimó que el nearshoring hará crecer más de 3% al Producto Interno Bruto (PIB) este año.
«El nearshoring es una oportunidad única para las empresas mexicanas. No sólo impulsa la economía nacional, sino que también crea empleo y fomenta el crecimiento empresarial,» afirma Treviño. «Pero para aprovechar al máximo esta tendencia, las empresas deben adoptar una mentalidad de transformación constante y centrarse en áreas clave».
Innovación tecnológica. La adopción de tecnologías avanzadas, como la automatización, la inteligencia artificial y el análisis de datos, es fundamental para aumentar la eficiencia y la calidad de los procesos. La inversión en I+D y la incorporación de soluciones tecnológicas permiten a las empresas estar a la vanguardia en un mercado global altamente competitivo.
Desarrollo de talento. Invertir en la capacitación y el desarrollo de habilidades de los empleados es esencial para mantener una fuerza laboral altamente calificada y adaptable. Programas de formación continua y la promoción de una cultura de aprendizaje son cruciales para mantenerse al día con las demandas cambiantes del mercado.
Flexibilidad en la producción. Las empresas deben ser ágiles y capaces de ajustar sus operaciones según las demandas cambiantes del mercado. Esto implica la implementación de procesos de producción flexibles y la capacidad de respuesta rápida a las necesidades de los clientes.
Colaboración estratégica. Establecer alianzas y colaboraciones estratégicas con empresas internacionales puede facilitar la entrada a nuevos mercados y fortalecer la cadena de suministro. La creación de redes de colaboración sólidas puede generar sinergias que beneficien a todas las partes involucradas.
Sostenibilidad. La responsabilidad social y ambiental es cada vez más importante para los consumidores y socios comerciales internacionales. Las empresas deben considerar prácticas sostenibles en sus operaciones, como la reducción de residuos, la eficiencia energética y la gestión responsable de recursos naturales.
La transformación empresarial es un proceso continuo y desafiante, pero es esencial para seguir siendo competitivos en el mercado del nearshoring. «Las empresas que abracen esta transformación no sólo se mantendrán competitivas, sino que liderarán el camino hacia un futuro empresarial más próspero en México», enfatiza Treviño.