De acuerdo con cifras de la FAO, la Oficina de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, en México 3 de cada 10 personas enfrenta algún grado de inseguridad alimentaria, la cual no solo contempla personas en situación de hambre, sino que también incluye a población que vive con incertidumbre para alimentarse o tiene que comprometer la calidad o cantidad de su comida.

Lo anterior es una de las múltiples razones por las que Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mediante la donación de equipo para el procesamiento de productos lácteos, ha decidido contribuir a los esfuerzos de la asociación Alimento para todos I.A.P., la cual tiene la misión de disminuir la incertidumbre alimentaria de diferentes comunidades de la Ciudad de México y su área conurbada.

La donación de la Iglesia incluyó un tanque refrigerante para la recepción de 700 litros de leche; tanques de suero con capacidad de 200 litros; prensa para quesos; una cámara frigorífica de 9 metros cúbicos, entre otros insumos.

Alimento para todos es una institución que busca generar un impacto social positivo y contribuir al segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU: llegar a Hambre Cero.  Tan solo durante el año pasado lograron beneficiar a 124,519 personas y recuperar 14,202 toneladas de alimentos y bienes básicos. Desde su creación, esta IAP ha estado enfocada en la operación logística para rescatar alimentos y bienes básicos que aún son aptos para el consumo humano, para luego redistribuirlos entre la población vulnerable.

Debido a su labor y la suma de esfuerzos, al día de hoy la asociación beneficia a más de 120 mil personas al año mediante diversos programas para proporcionar mejora en la calidad de vida, alimentación balanceada y servicio de comedores comunitarios.

Actualmente llevan a cabo el procesamiento y producción de alimentos incluyendo tortillas, totopos, tostadas, pan molido, mermeladas y, con la donación de la Iglesia, ahora también producirán queso, requesón y mantequilla. Esto último también será posible gracias a un grupo de ingenieros agroindustriales voluntarios de la Universidad de Chapingo, quienes se han sumado a Alimento para todos en el procesamiento de algunos alimentos y ahora operando la nueva instalación para productos lácteos.

“Las iniciativas humanitarias de la Iglesia se centran en desarrollar soluciones sostenibles que fomenten la autosuficiencia y dignidad para todos. Esto se logra gracias a la colaboración con organizaciones como Alimento para todos que contribuye acabar con el desperdicio de alimentos; promueve un sistema alimentario sostenible y equitativo; y ayuda a garantizar el derecho a una alimentación digna” dijo Hugo Alberto Morales, presidente de la Estaca Oriental, en representación de la Iglesia de Jesucristo.

Por su parte Anabel Díaz, directora de desarrollo institucional de Alimento para todos, agradeció a la Iglesia por esta donación, que «abre la puerta a la innovación» para mitigar el desperdicio de alimentos; al mismo tiempo que reconoció la importancia de seguir colaborando en otros proyectos y fortalecer así la relación institucional. En el evento también participó Mónica Lozano, directora de finanzas y sostenibilidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *