Con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), entre 2016 y 2022, se redujo la proporción de jóvenes entre 18 y 24 años que tiene más años de escolaridad que sus padres, sin embargo, la movilidad de los estudiantes para irse a otros colegios u naciones se ha frenado en este sexenio federal.
Otro problema nacional es que alrededor de 30 por ciento de los jóvenes se ha quedado sin avance con respecto a la escolaridad de sus padres.
Además los jóvenes redujeron su ventaja en años de escolaridad promedio respecto a sus padres de 2.8 a 2.4 entre 2016 y 2022.
Por otra parte, aunque se incrementó la probabilidad de alcanzar estudios universitarios para los jóvenes provenientes de hogares con padres con educación primaria o menos, ésta es aún 4 veces menor que para los jóvenes que tienen padres con estudios profesionales.
En cuanto a la asignación de gasto público, los resultados muestran que la composición de las transferencias gubernamentales según el nivel educativo de los padres cambió de manera dramática a partir de 2020, pues los hogares conformados por padres con menor escolaridad cada vez han recibido menos transferencias en términos relativos.
Por ejemplo, mientras que en 2016 estos hogares recibieron el 34 por ciento de las transferencias educativas, en 2022 sólo recibieron el 18 por ciento.
Estudios previos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) señalan que un factor determinante de la desigualdad de oportunidades es la escolaridad de los padres; por ejemplo, en sus análisis intergeneracionales con base en la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México, se encontró que las personas de padres con estudios profesionales tienen una probabilidad 13 veces mayor de alcanzar ese mismo nivel de estudios que aquéllas de padres sin estudios.
El CEEY considera que una política de transferencias monetarias para la educación que procure la movilidad social debe dirigirse con mayor intensidad a quienes presentan mayores desventajas.
Sin embargo, la evidencia muestra que el esfuerzo para revertir los problemas de baja movilidad social y estratificación educativa se ha debilitado durante el periodo de análisis.
Si se destinan mayores recursos a quienes viven en desventaja económica y educativa, se reducirá la desigualdad de oportunidades entre la población y, por ende, habrá mayor movilidad social.