Las emisiones de carbono a la atmósfera no se detienen. Estimaciones del Global Carbon Project apuntan que durante 2023 se habrían emitido 36,800 millones de toneladas de Dióxido de Carbono fósil al ambiente lo que representa 1.1% más, en comparación con 2022.
Desde 2006, este grupo de científicos provenientes de más de 90 instituciones de renombre alrededor del mundo, que se ha dedicado a estudiar la evolución del dióxido de carbono, sentencia que de seguir con los niveles actuales de emisiones habría un 50% de posibilidades de que el calentamiento global supere los 1.5°C de manera constante en unos siete años.
“Urge que las empresas de todo el mundo se sumen para reducir el impacto ambiental de sus operaciones. En este sentido, la transparencia es clave para la sostenibilidad y para alcanzar las metas de reducción de emisiones”, comenta Josué Olvera, Ingeniero de proyectos senior de la consultora Beeok.
Si bien, la necesidad de reducir este agente contaminante es primordial, primero es necesario conocer los principios básicos para realizar esta tarea de una manera ética. Para clarificar este tema Beeok, scale up líder en soluciones tecnológicas de gestión para la sostenibilidad y cumplimiento normativo, brinda una breve guía para conocer la huella de carbono.
A nivel mundial existen diferentes aproximaciones para medir la huella de carbono. Sin embargo, para conocer las emisiones de una organización o algún evento, son dos las perspectivas más utilizadas -generalmente usadas como herramientas complementarias- para dimensionar las emisiones y que permiten una evaluación más completa y precisa de la huella de carbono de una empresa.
El Protocolo GHG, así como la normativa ISO 14064-1:2019 -aún cuando utilizan clasificaciones distintas- abordan las mismas dimensiones referentes a las emisiones GEI. Mientras que el Protocolo aborda los alcances 1,2 y 3 (es decir si son emisiones directas, indirectas o dentro de la cadena de valor de la compañía); la normativa ISO utiliza seis categorías para referirse al mismo tipo de emisiones.
“En cualquier caso, familiarizarse con la terminología es fundamental para realizar una medición efectiva de la huella de carbono. Con herramientas tecnológicas y asesoramiento se pueden entender de manera más rápida los conceptos de cada estándar y acelerar con esto el proceso para tomar acción sobre las emisiones generadas”, comenta Olvera.
De acuerdo con Beeok, las empresas están realizando sus mediciones con base en los alcances 1 y 2. Sin embargo, muchas organizaciones ya han incluido el alcance 3 a sus reportes, con lo cual se lograría un mayor avance para conocer y gestionar su huella de carbono.
Definir el alcance se refiere a determinar las categorías donde se realizarán las mediciones – con base en los protocolos mencionados anteriormente-, así como delimitar los objetivos que se tendrán. Este paso ayuda a las empresas a estipular las variables de información para recopilar y también estandarizar el tipo de información requerida.
Con base en la operación de cada empresa se deben identificar las fuentes generadoras de gases de efecto invernadero -éstas pueden estar ubicadas en alguna de las categorías de los estándares mencionados-.
“Decidir el alcance y saber si tengo disponible toda la información de esas fuentes también es un factor determinante para la medición. Si se cuentan con todos los datos de medición será más rápido el camino de las empresas hacia la sostenibilidad”, afirma el ingeniero ambiental.
Establecer el año de inicio de la medición es clave. Para ello se recomienda que sea, cuando menos, un año calendario. Con esto se puede hacer un estudio completo de la situación real de cada empresa a nivel de emisiones.
“Aprender a recopilar la información – con base en la determinación de los alcances- y construir una base de datos formal es un primer paso. Sin embargo, la medición real se hace gracias a una combinación de información. Por un lado, los datos internos y, por otro, haciendo el cruce con los factores de emisión de distintos años y para diversos tipos de fuentes”, remarcó Josué Olvera.