El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) informa que la falta de estímulos económicos, un entorno dominado por la ausencia de un estado de derecho sólido, violencia creciente con una impunidad casi total, en conjunto con un entorno de elevada corrupción son elementos que han limitado un mayor crecimiento del país.
El organismo empresarial ha informado que después de la pandemia la recuperación de la economía es lenta en comparación con otros países. Mientras que México tardó ocho trimestres para lograrlo, en países como Estados Unidos, Israel, India, Chile, incluso Brasil y Colomba, les tomó solo tres trimestres.
El ajuste post-pandemia permitió tasas de crecimiento elevadas en nuestra economía en 2021-2022 (6.0 y 3.9 por ciento, respectivamente). Para todo 2023 la tasa de crecimiento se mantuvo por arriba de 3.0 por ciento. No obstante, se aprecian signos importantes de un nuevo episodio de debilidad si se considera que en el último trimestre de ese año la economía creció 2.4 por ciento, su menor avance en los últimos ocho trimestres.
El INEGI señala que la economía creció 3.2 por ciento durante 2023, su debilitamiento en la última parte del año, que la llevó a crecer 2.4 por ciento en el último trimestre, acerca su ritmo de avance al promedio anual histórico: en el periodo 1981-2023 la economía creció a un ritmo anual de 2.2 por ciento, mientras que de 1993-2023 fue de 2.1 por ciento.
Además, quince trimestres después de la pandemia, el PIB se mantiene por debajo de su tendencia de largo plazo. La inversión también tardo en recuperarse. Sin embargo, en este caso se observó una sorpresiva recuperación con tasas de crecimiento de dos dígitos a partir de diciembre de 2022, que en principio se consideró como resultado de la evolución de la inversión pública asociada a los proyectos insignia del gobierno.
Por otro lado, la estimación que publicó la UNCTAD a finales de enero sobre los flujos de inversión extranjera directa (IED) elevó el optimismo sobre la situación del país. En su documento Monitor de Tendencias de Inversión Global resaltó a México como uno de los países más dinámicos como receptor de inversión extranjera directa (IED) en 2023, tras estimar la entrada de 43,900 millones de dólares (md) por este concepto, lo que representaba un incremento de 21.0 por ciento.
Sin embargo, las cifras recientes que dio a conocer la Secretaría de Economía reportan que en 2023 la cifra preliminar de IED a México fue de 36,058 md, lo que representó un avance de solo 2.2 por ciento respecto a la cifra preliminar del año previo. Si la comparación se hace con la cifra corregida, se aprecia una disminución de 0.7 por ciento.
Es de esperar que con estos resultados las perspectivas se vean afectadas generando una visión menos optimista y más cautelosa. Además, es importante señalar que la IED ha reflejado más operaciones financieras que montos de inversión generadores de acervo de capital.
En este contexto, el mercado laboral formal tampoco muestra indicios de una mejora sustantiva. De hecho, la creación de empleo formal no refleja el ritmo de crecimiento de la economía. Con base en las cifras del IMSS se aprecia que, en años anteriores, con un menor ritmo de crecimiento de la economía el número de registros mostraba mayores aumentos. Las cifras indican que la pérdida de registros en diciembre del 2023 fue históricamente la más alta para el mismo mes. Además, el aumento de registros al IMSS para todo el 2023 fue el menor en los últimos tres años.
El escenario para el presente año es complejo, en especial por la actividad electoral que habrá durante la primera mitad del año y que generalmente propicia una mayor cautela de la actividad productiva, lo que finalmente podría reflejarse en un avance más modesto, que se extenderá al 2025, primer año del siguiente gobierno y un año de aprendizaje.