Las campañas presidenciales son el actual foco de atención de los medios de comunicación y la opinión pública. Las diferentes coaliciones, incluidas las candidatas punteras en la contienda, ya han esbozado algunas ideas sobre el cambio climático y la transición energética.
Pero, falta profundidad sobre cómo México podrá transitar hacia la adopción de energías limpias, una mayor eficiencia energética, pese al gran interés de los mexicanos en el tema. En el informe «Opinión pública internacional sobre el cambio climático, 2022», la Universidad de Yale publica que los connacionales tienen un alto nivel de conciencia sobre el cambio climático.
El 91 por ciento de los encuestados tiene algún grado de conocimiento sobre el cambio climático, mientras que el 97 por ciento está preocupado por este. En otro estudio, la Coalición Potential Energy revela que los mexicanos consideran que hacer frente a la crisis climática es una responsabilidad compartida. El 38 por ciento de los mexicanos considera que el gobierno debería ser el mayor responsable de reducir la contaminación que causa el cambio climático, mientras que el 39 por ciento opina que deberían ser los individuos y el 20 por ciento que las empresas
Para la Dra. Isabel Studer, embajadora para México del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF), la clave para que la crisis climática sea una prioridad para el futuro gobierno del país es que la sociedad esté informada y esto les permita actuar. Un primer paso es revisar las propuestas en materia de cambio climático y transición energética de las y los candidatos, y entonces exigir que las y los candidatos a puestos de elección incluyan estos temas en sus propuestas de campaña, con planes basados en ciencia, que son urgentes y necesarios para el bienestar de las presentes y futuras generaciones.
Una transición energética bien planeada puede crear oportunidades económicas y beneficios sociales frente a los riesgos que ya enfrenta el país por la inseguridad energética. Por ejemplo, representantes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) estiman que la falta de energía y los problemas de inseguridad que se tienen en el país frenan la posibilidad de atraer hasta un 40 por ciento de las inversiones relacionadas con el nearshoring.
Para atraer mayores inversiones y capitalizar la cercanía geográfica de México al mercado de Estados Unidos se requiere incorporar más de 37 gigawatts de capacidad eléctrica, lo que equivale a 41 mil 500 millones de dólares, según estimaciones de la Asociación Mexicana de Energía (AME).
Sobre la transición energética, el equipo de la candidata Claudia Sheinbaum ha expresado su objetivo de dejar como legado una transición energética acelerada y lograr una rápida descarbonización, asegurando al mismo tiempo que esta transición sea sostenible.
Por otro lado, el equipo de Xóchitl Gálvez entiende que la energía es un recurso esencial para fomentar el desarrollo integral de México, mejorando la seguridad, la salud, la educación y la oferta de empleos bien remunerados. La política energética que promuevan deberá basarse en tres principios transversales: el respeto al Estado de derecho, la transparencia y la rendición de cuentas, y la alineación con la política social, con el fin de garantizar que la energía sea suficiente, limpia y económica para todos. Proponen dos estrategias clave para alcanzar estos objetivos.
“Empoderar a la ciudadanía es un factor clave para impulsar la acción frente a la crisis climática. El voto informado y bien razonado es una herramienta esencial para promover este cambio. Una transición energética justa es crucial para el desarrollo del país, pero también debe ser una obligación para proteger a la población y evitar las consecuencias de la inacción, indicó.
Una encuesta del Banco Europeo de Inversiones reveló que el 93 por ciento de los mexicanos encuestados considera que el cambio climático afecta su vida cotidiana, y el 75 por ciento afirma que este afecta sus ingresos o sustento.
El estudio «Opinión global sobre el cambio climático», de la empresa IPSOS, indica que el 80 por ciento de los mexicanos considera que el país debería intensificar su lucha contra el cambio climático, y el 67 por ciento piensa que el gobierno no está trabajando suficiente.