La realidad climática actual, marcada por el incremento de sucesos naturales como el reciente Fenómeno del Niño, ha llevado a situaciones críticas en México, como la disminución de agua en el Sistema Cutzamala – Ciudad y Estado de México, que presenta una disminución considerable cerca del 35% de su capacidad, de acuerdo con las más recientes mediciones compartidas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Además, la contaminación del agua es otro problema importante en la zona. Las descargas de aguas residuales sin tratar y la contaminación industrial han afectado la calidad del agua en los ríos y lagos de la región. Esto limita aún más la disponibilidad de agua potable y de calidad para la población.
”Los eventos climáticos extremos, que cada vez son más frecuentes e intensos, no solo afectan la biodiversidad y los ecosistemas, sino que también tienen un impacto profundo en nuestra economía y sociedad”, asegura Berenice Negrelos, líder de ESG para Marsh México.
“Es imperativo que las empresas y gobiernos comprendan y gestionen estos riesgos, no solo para proteger el medio ambiente sino, para asegurar un futuro sostenible para todos”, agrega.
A la situación de la sequía, debe agregarse los incendios forestales que se han dado en México recientemente y que son una consecuencia directa de la sequía que ha afectado al país. La falta de lluvias y las altas temperaturas han creado condiciones propicias para la propagación de los incendios que de acuerdo a la Comisión Nacional Forestal se han reportado 113 incendios forestales activos en 20 estados de México.
Estos incendios representan una grave amenaza para la biodiversidad y los ecosistemas, así como para las comunidades locales que dependen de estos recursos naturales. Además, los incendios liberan grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático y agravando aún más los problemas ambientales que enfrentamos.
Es fundamental abordar de manera urgente los riesgos climáticos y de sostenibilidad que están en juego. La gestión adecuada de estos riesgos implica tomar medidas para prevenir y controlar los incendios forestales, así como para promover prácticas sostenibles de uso de la tierra y conservación de los recursos naturales.
La firma de riesgos sociales Marsh McLennan y el Foro Económico Mundial, destacan la urgencia de abordar los riesgos climáticos y de sostenibilidad que han cobrado vital relevancia en el Informe de Riesgos Globales 2024. Este informe subraya los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), la creciente preocupación por fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas y la escasez de recursos naturales, evidenciando una interconexión significativa con desafíos económicos y sociales.
El Informe de Riesgos Globales 2024 posiciona el cambio climático como uno de los riesgos más probables en la próxima década, subrayando la necesidad de una acción inmediata. En este contexto, la gestión de riesgos medioambientales se convierte en una prioridad crítica para empresas, gobiernos y la sociedad en general.
El Cambio Climático y la Variabilidad Climática también ha exacerbado la crisis hídrica en el Valle de México. Las sequías más frecuentes y prolongadas han reducido la cantidad de agua disponible, mientras que, las lluvias intensas y los fenómenos meteorológicos extremos han causado inundaciones y daños en la infraestructura de agua.
Una situación que sigue siendo un desafío importante que requiere una gestión integral y sostenible del agua; siendo una responsabilidad compartida entre el gobierno, las empresas, la sociedad y de cada individuo. Vale la pena destacar que este tema no es exclusivo del Valle de México, pues algo similar sucede en regiones como Sonora, Durango, San Luis Potosí, entre otros.
La presión sobre las empresas para identificar y gestionar riesgos ambientales nunca ha sido mayor. Los reguladores, inversores y el público exigen responsabilidad y acciones concretas para enfrentar los desafíos emergentes, incluyendo nuevos contaminantes y cambios normativos.
“Invitamos a todos a entender y gestionar estas condiciones meteorológicas extremas de manera efectiva, puesto que hay una interconexión entre dichos riesgos y otros como las perturbaciones a las infraestructuras críticas, a las interrupciones de la cadena de suministro, entre otras, y como con una mirada de los riesgos de clima y sostenibilidad se empiezan a desarrollar otros riesgos sociales, políticos, por esto, el momento de actuar y el cambio está en cada uno de nosotros y mirar nuestra relación con nuestro entorno, nuestros sistemas y el recurso hídrico”, finaliza Negrelos.