Durante el webinar “Salud en Común”, del sistema TecSalud, Michelle Martínez, jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de TecSalud y líder del Programa Covid-19, mencionó que una vacuna en tiempos normales lleva hasta 10 años de duración de producción y en esta ocasión fue menos de un año. “Debemos reconocer que la tecnología genética permitió una nueva configuración de futuras vacunas para todo tipo de enfermedades”.
Este gran avance tecnológico permitirá que se modifiquen año con año a las vacunas y estar casi al día en el combate o mutación de los diversos virus que atacan a la humanidad. Igualmente, se tiene la generación de proteínas que es agarrar un virus inocuo al humano, se le introducen proteínas que generan anticuerpos que se extraerán para el beneficio de las personas en posteriores medicamentos como vacunas.
Las actuales vacunas COVID-19 son seguras y tienen sus efectos adversos pero en mínima cantidad, agregó, que las actuales vacunas no previenen el contagiarse, sino que ataca su fuerza e índice de mortalidad. “La vida cambió para siempre y las actuales condiciones de sanidad y tecnología mundial, un ejemplo es la mitigación de la influenza”.
Aceptó que las vacunas COVID-19 disminuyen el número de casos y baja el stress del sistema de salud y bajará el nivel de afectación al individuo al adquirir esta enfermedad.
Desglosó que México ratifica su participación en la fase III de la vacuna CureVac contra la COVID-19, con la aplicación de dos mil dosis a mismo número de voluntarios, de los 36 mil que participarán a nivel mundial. “La vacuna es bastante prometedora, su eficacia está por encima de 90%, por encima de lo que se ha observado en otras vacunas”.
El antídoto, explicó, es considerado uno de los más seguros por su tecnología de ARN mensajero que lleva años en desarrollo previo a la aparición del SARS-CoV-2 para otras enfermedades. El proyecto cuenta con la aprobación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Añadió que principalmente se aplicará en Nuevo León, la CDMX y Querétaro, donde se elegirán a los dos mil voluntarios a ser vacunados. “Esta es una vacuna de dos dosis que tiene una separación de un mes de aplicación y se limita la participación a gente aledaña a estas regiones; se le dará seguimiento a los vacunados para monitoreo y tomas de muestra de su organismo. Igualmente, se tendrá una APP para contacto directo con los individuos”.
Los criterios de selección versan en todos adultos arriba de 18 años, sin limitación de hipertensión, obesidad, etc., a excepción de diabéticos o pacientes que reciben quimioterapia u con comorbilidades graves.
Detalló que para analizar si un individuo es factible de ser considerado se cuenta con la página web: www.tecsalud.mx, donde se puede realizar un preregistro, que en próximos días lanzará la convocatoria definitiva y dependiendo la cantidad de voluntarios se podrá crecer hasta 3 mil voluntarios aprobados.
Indicó que no es correcto que la distribución y logística de la vacuna sólo este en manos del ejército, pues se requiere involucrar a los sectores académicos, científicos y del sector salud, que han trabajado con los sistemas de vacunación contra otras enfermedades.
Las 400 mil dosis que llegan al país no es suficiente pues se tardaría varios años el cumplir la inocuidad del 80 por ciento de la población. Se debe establecer un esquema que permita vacunar a poco más de un cuarto de millón de personas al día.
Por su parte, Fernando Castilleja, director de Bienestar y Prevención de TecSalud, detalló que se debe mantener los aspectos de prevención de las enfermedades para evitar los altos índices de mortalidad de esta pandemia.
Aceptó que el hartazgo de la pandemia y cuarentena está llevando al extremo del cansancio social a la población, muestra de ello, es el crecimiento de fiestas y negligencia social. “Nosotros tenemos la responsabilidad de cuidarnos, no todo debe dejarse en manos del gobierno. Pues la autoridad no puede venir a ponernos el cubrebocas a cada uno”.