La menstruación es un proceso biológico que ha transcendido los límites de lo meramente fisiológico. Se ha constatado que, desde las civilizaciones antiguas hasta nuestros días, ha dejado una marcada huella colectiva, moldeando culturas, religiones y percepciones sobre la importancia de la feminidad para el desarrollo social.
Vayamos un paso atrás, el término «menstruación», derivado del latín «menstruus» y relacionado con «mensis» (mes), revela una conexión ancestral con el ciclo lunar por lo que, en algunas sociedades antiguas, se creía que las mujeres menstruantes tenían influencia sobre la agricultura, con su ciclo en armonía con los ciclos de siembra y cosecha.
Sin embargo, la historia de la menstruación también ha estado marcada por tabúes y estigmas. En muchas culturas, se ha asociado con la impureza y se han tejido mitos sobre sus supuestos efectos dañinos, permitiendo que se perpetue una visión negativa de la menstruación en muchas sociedades y contextos.
Pero la historia de la menstruación no se limita solo a mitos y tabúes; también ha sido un punto focal en la lucha por la igualdad de género y la salud femenina. A lo largo de los siglos, las mujeres han enfrentado obstáculos sociales y médicos relacionados con su ciclo menstrual; desde la falta de acceso a productos de higiene menstrual hasta el uso excesivo de medicamentos durante los procesos naturales del cuerpo femenino, la menstruación ha sido un terreno de batalla en la búsqueda de derechos y reconocimiento para las mujeres.
De acuerdo con Paola Acuña, Brand Manager de Profemme y experta en gestión menstrual, en la actualidad persisten estigmas y desafíos en torno a la menstruación y, sin duda, la falta de educación adecuada, la vergüenza asociada con el ciclo menstrual y la inequidad en el acceso a productos de higiene menstrual siguen siendo problemas globales que afectan a millones de mujeres en todo el mundo.
Cifras alarmantes:
- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, aproximadamente el 43% de las niñas y mujeres en el mundo no tienen acceso a instalaciones con inodoros privados, dificultando la gestión de la higiene menstrual, lo que puede llevar a infecciones y enfermedades.
- Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que aproximadamente el 17% de las mujeres en México tienen dificultades para acceder a productos de higiene menstrual.
- En países de bajos y medianos ingresos, alrededor del 36% de las mujeres carecen de acceso a productos de higiene menstrual adecuados, de acuerdo con la OMS.
- Se estima que una mujer en México gasta en promedio alrededor de 150 pesos mexicanos al mes en productos de higiene menstrual, lo que puede representar una carga financiera significativa para aquellas con ingresos bajos.
Sin duda, reconocer y abordar las complejidades y desafíos de la menstruación es fundamental para avanzar hacia la construcción de una sociedad más equitativa y compasiva, donde todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir con dignidad y respeto, en sintonía con eso, es importante construir alianzas estratégicas entre gobierno, empresas y organizaciones de la sociedad civil.