En México, las enfermedades diarreicas, como las causadas por rotavirus, representan un importante desafío para la salud; especialmente en los niños. Si bien, las medidas de higiene son sumamente importantes para disminuir su transmisión, la medida con mayor impacto para prevenir esta enfermedad es la vacunación.1
Los datos son contundentes y preocupantes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen casi 1,700 millones de casos de enfermedades diarreicas infantiles a nivel mundial, representando la tercera causa de muerte en niños, con 443,832 fallecimientos en pequeños menores de 5 años y otros 50,851 entre los 5 y 9 años.2
La vacunación contra el rotavirus es una medida efectiva, con un perfil de seguridad aceptable, respaldada por estudios rigurosos. De hecho, la OMS reconoce su eficacia, atribuyendo a esta vacuna la reducción del 50% en las muertes por diarreas en niños menores de 5 años en México.3
Sigfrido Rangel, director médico de GSK México, subraya la importancia de completar el esquema de vacunación para garantizar una protección integral, ya que en nuestro país el rotavirus provoca enfermedad diarreica principalmente en niños menores de 2 años de edad4, representando una de las principales causas de mortalidad en ellos.
La protección contra rotavirus mediante la vacunación debe ser prioritaria y la OMS recomienda que el esquema debe cumplirse a tiempo, debido a que la enfermedad es más grave en los niños pequeños. No podemos permitirnos más pérdidas evitables, impulsemos la prevención de la enfermedad a través de la vacunación.