En México, el interés por la telemedicina aumentó considerablemente tras la pandemia de Covid 19. Según estimaciones alrededor del 66% de los mexicanos está dispuesto a realizar citas médicas en línea (Statista).
De acuerdo con el informe 2023 Global Health Care Outlook, en Latinoamérica las videoconsultas pasaron de un 14 por ciento en 2018 a un 67 por ciento en 2023. Por su parte, un estudio del MIT Technology Review y NTT DATA reveló que un 60 por ciento de empresas de salud en México, Colombia, Chile, Perú y Argentina, cuentan con más de la mitad de sus clientes usando medios digitales, y se prevé que la cifra crezca hasta más del 70 por ciento.
Al respecto, Omar Al-Nehlawi Valverde, gerente de Soluciones Innovadoras para la Atención Primaria en Novartis y director del Máster en Healthcare & Pharma de EAE Business School de Barcelona, asegura que las videoconsultas han dejado de ser una simple oportunidad para convertirse en una necesidad que contribuye a grandes áreas de la salud.
Primero, el poder atender a pacientes en zonas remotas o con dificultades para recibir consultas presenciales. Este aspecto es particularmente relevante, si se considera que en la ronda más reciente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ‒instrumento representativo de la realidad nacional y que ha documentado el estado de salud de la población mexicana durante las últimas tres décadas‒ 24.6 por ciento de la población total reportó haber tenido una necesidad de salud en los últimos tres meses, y sólo 44 por ciento de ellos recibió atención en servicios públicos.
Asimismo, señala que, la facilidad de que los pacientes puedan ser diagnosticados y atendidos de forma remota genera gran ahorro en los sistemas sanitarios, y con la combinación de tecnologías como los weareables, el Internet de las Cosas (IoT) y la IA, la salud móvil ya no solo sirve para que el ciudadano tome mayor conciencia de su salud y bienestar» señala Omar Al-Nehlawi Valverde, «sino para recoger datos a tiempo real que permitan mejorar la prevención, anticipar el diagnóstico y optimizar el seguimiento de muchas enfermedades».
Por otro lado, la noción de la atención médica personal también alcanza nuevas dimensiones como, por ejemplo, poder «utilizar el perfil genético de una persona para desarrollar medicamentos o terapia adecuada a cada paciente, como el caso del Proyecto del Genoma Humano», según lo explica Agustín López-Quesada, director del Máster en Healthcare Management de EAE Business School.
Son procesos que permiten diagnosticar y prevenir enfermedades como el cáncer o la Hepatitis C, minimizando el riesgo al máximo. Sus adelantos son asombrosos. Desde 2022 ya se dispone de la primera secuencia completa del Genoma Humano: 3.000 millones de genomas individuales secuenciados en animales.
Otro aspecto favorable es la infraestructura. Con la tecnología se podría cubrir la demanda de servicios de manera sostenible y suficiente; luego los profesionales sanitarios, que podrían ver aliviadas sus cargas con la automatización de tareas rutinarias y refinadas la toma de decisiones; y en tercer lugar, pero no menos importante, es que los pacientes, podrían recibir una atención más personal, inmediata y accesible.
Se habla, entonces, de un modelo de salud «e-health», que cambiaría para siempre la manera en que la población accede a la salud, siempre y cuando se dé la colaboración necesaria entre sistemas y actores tanto públicos como privados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud digital como «el campo del conocimiento y la práctica relacionado con el desarrollo y la utilización de las tecnologías digitales para mejorar la salud».
Este es un enfoque que incluye dispositivos inteligentes, informática avanzada y analítica de macrodatos y es crucial para construir el mayor ecosistema sanitario global de la historia.
Las tecnologías digitales están revolucionando la medicina al permitir el almacenamiento masivo de datos, acceso remoto a registros médicos y la identificación de patrones para diagnósticos y predicciones de riesgos de enfermedades. Este cambio hacia una medicina prospectiva es fundamental para entender la magnitud de la transformación en curso.