Una nueva guía, publicada hoy por la “Iniciativa para Enverdecer la Regulación Financiera” (GFRI, por sus siglas en inglés) de WWF, expone cómo el sector financiero contribuye a la deforestación y conversión de ecosistemas distintos de los bosques y solicita a bancos centrales y reguladores y supervisores financieros que establezcan políticas monetarias, regulatorias y de supervisión adecuadas para abordar los riesgos e impactos financieros derivados.
Entre las principales causas del cambio climático y la pérdida de la naturaleza está el cambio de uso del suelo, del cual el 48% consiste en la deforestación y la conversión de otros ecosistemas. La deforestación y la conversión originan riesgos físicos y de transición que afectan al sistema financiero y pueden conducir a su colapso.
Aun así, el financiamiento sigue fluyendo hacia la causa principal de la deforestación: la expansión agrícola. Según Global Canopy, en octubre de 2022, 150 instituciones financieras proporcionaron $6.1 billones a 350 empresas que están más expuestas a impulsar el riesgo de deforestación.
Las instituciones financieras responsables de asignar recursos a los sectores con riesgo de deforestación no reconocen plenamente la deforestación y la conversión como fuentes de riesgo. Esto se refleja en la falta general de esfuerzos para eliminar la deforestación impulsada por la producción de materias primas.
Los bancos centrales y reguladores y supervisores financieros deben cumplir su rol para abordar la deforestación y la conversión. Esto es un requisito fundamental para afrontar el cambio climático y los riesgos relacionados con la pérdida de la naturaleza.
Pablo Pacheco, científico de la Práctica de Bosques de WWF, dijo: “La economía global depende de la naturaleza y, por lo tanto, está expuesta a la pérdida de la naturaleza a corto y largo plazo como riesgo financiero. Es por eso que los bancos centrales y las autoridades supervisoras y reguladoras deberían internalizar los riesgos asociados con la pérdida de la naturaleza en sus políticas y operaciones monetarias”.
Maud Abdelli, líder de la Iniciativa de Regulación Financiera Ecológica de WWF, dijo: “Los bancos centrales y los reguladores y supervisores financieros no están destinados a reemplazar ninguna acción gubernamental, pero deben colaborar con los responsables de las políticas y desempeñar su papel. Entre menos preparado esté el sistema financiero para adaptarse a las regulaciones y medidas que buscan detener la deforestación y la conversión, más difícil será prevenir su inestabilidad”.
Para reducir significativamente los riesgos que plantean el cambio climático y la pérdida de la naturaleza en el mercado financiero y asegurar la estabilidad financiera a largo plazo, WWF insta a los bancos centrales y las autoridades de regulación y supervisión a:
Abordar los factores que impulsan la pérdida de la naturaleza y el cambio climático como parte de sus mandatos para garantizar y mantener la estabilidad de precios y los mercados financieros.
Tomar medidas que aborden directamente los flujos financieros destinados a las actividades económicas responsables de la deforestación y la conversión, y garantizar que las carteras financieras no contribuyan a actividades que están empeorando el cambio climático y la pérdida de la naturaleza.
Evaluar la deforestación y la conversión en las carteras de políticas monetarias y no monetarias para mitigar los riesgos financieros vinculados a la deforestación y la conversión.
Maud Abdelli concluyó: “Hay herramientas disponibles para comprender la exposición a la deforestación y la conversión. La integración de ambas en la regulación financiera y la política monetaria puede ayudar a modular los flujos financieros destinados a actividades dañinas para el ambiente, mitigar los riesgos financieros futuros y garantizar un sistema financiero resiliente».